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Técnicas para reducir el estrés

Técnicas para reducir el estrés

¿Eres una de esas miles de mujeres que viven estresadas y angustiadas, sin apenas dormir porque te pasas la noche pensando en los cientos de tareas que tienes que hacer al día siguiente? El emponderamiento de la mujer es bueno, sin duda, pero ha hecho que nos sintamos obligadas a hacer más de lo que una persona es capaz de hacer en un solo día, lo que es muy negativo para nuestra salud. Aprende a cuidarte y reduce el estrés de tu vida diaria.

Índice

Consejos para reducir el estrés

El estrés es una sensación que experimentamos cuando nuestro cuerpo siente que estamos en peligro. Nos pone alerta y nos ayuda a superar esa situación “peligrosa”. El problema no es sentir estrés de vez en cuando, sino hacerlo a diario ya que el estrés crónico puede durar semanas o meses y afecta gravemente a nuestra salud. Así, puede provocarnos ansiedad, irritabilidad, depresión, insomnio con los problemas que este conlleva, debilitar nuestro sistema inmunológico abriendo la puerta a diversas enfermedades, hipertensión arterial, aumento de peso o incluso cáncer. Asimismo, provoca síntomas físicos inmediatos como dolor de cabeza, dolor de estómago, boca seca, dolor de espalda, ganas constantes de ir al baño, etc.

Como podemos ver, nada positivo. Por eso, si sientes que tu vida es un estrés continuo, debes frenar cuanto antes esta dinámica y poner en marcha estos consejos para reducir el estrés y evitar la enfermedad:

1- ¡Ríete del estrés!

El humor es clave para combatir el estrés. No solo la risa, sino el buen humor, saber encontrar el lado positivo de cada situación y sacarla provecho nos ayuda a superar y evitar la ansiedad y afrontar los problemas de otra forma, evitando que deriven en una situación estresante. Busca tu lado más positivo y aprende a reírte de todo, incluso de misma.

2- Reconoce que no puedes con todo

Quizá el primer paso para acabar con el estrés sea reconocer que no se puede abarcar todo ni ser una superwoman. Además, no está en nuestra mano cambiar todo, hay ciertos aspectos de la vida que no dependen exclusivamente de nosotros, y hay que saber aceptarlo. Aprende a priorizar tus tareas para que el día no necesite más de 24 horas. Organiza cada noche tu agenda de la semana siendo realista y reserva cada día un poco de tiempo libre. Y aprende a decir no. 

3- Haz ejercicio físico de manera regular

La actividad física diaria ayuda a reducir la circulación en nuestra sangre de la hormona del estrés, el cortisol, a la vez que libera las hormonas de la felicidad, como las endorfinas, sustancias que nos ayudan a sentirnos bien y reducir el dolor. Si quieres reducir el estrés de tu vida, nada mejor que salir todos los días, al menos 30 minutos, a correr, andar deprisa, nadar… cualquier ejercicio es bueno.

4- Disfruta un poco cada día

La vida es para disfrutar y ser feliz, y aunque está claro que tenemos que hacer actividades y tareas que no siempre son agradables o nos gustan, debemos intentar hacerlas lo más felices posible, rodearnos de gente que nos proporcione energía y buen humor y reservar todos los días, al menos 15 minutos, para alguna actividad que realmente nos guste, sea la que sea: leer, ver la tele, dar un paseo, ir de compras, tomar un café con una amiga, etc. Ese rato, aunque sea corto, te dará energía para seguir con tu día a día.

5- Contacta con tus seres queridos

Amigos, familiares, compañeros… no dejes que el estrés y las prisas te alejen de ellos. Debes intentar permanecer en contacto cercano con tus seres queridos, y no solo a través de las redes sociales y el teléfono, sino también en persona. Procura reservar tiempo a la semana para quedar con tus padres, tus hermanos, tus amigos… y pasar un rato divertido con ellos. Verás cómo durante ese rato el estrés desaparece totalmente. Eso sí, evita aquellas personas que aumentan tu estrés.

6- Duerme lo suficiente

Dormir menos de 8 horas diarias puede aumentar hasta en un 50% los niveles de cortisol en sangre, por lo que debes procurar dormir al menos 8 horas diarias y, si no es posible, dormir unos 20 o 30 minutos de siesta para completar tu descanso. Si tienes problemas de insomnio puedes probar a beber un vaso de leche tibia antes de irte a la cama, infusiones relajantes, escribir un diario o leer. Recuerda que el sueño es fundamental para nuestra salud.

7- Escucha música

La música puede calmar el cerebro y reducir los niveles de estrés, por lo que cuando te sientas muy estresada y ya no puedas más, siéntate a descansar en tu habitación o una sala vacía, cierra los ojos, respira profundamente y ponte tu música favorita, a poder ser que sea relajante o tranquila, aunque si el heavy es lo que te relaja, adelante.

8- Ve a darte un buen masaje

Los masajes reducen el nivel de cortisol casi un tercio tras varias semanas de tratamiento. Además, los masajes producen la liberación de dopamina y serotonina, las hormonas de la felicidad, por eso salimos tan relajados y calmados tras un buen masaje.

9- Sigue una dieta adecuada

Una alimentación saludable nos ayuda a sentirnos mejor. No hay nada mejor para nuestra salud que la dieta mediterránea.

10- Usa suplementos

Existen muchos suplementos dietéticos y plantas medicinales que ayudan a reducir el estrés y la ansiedad, como los ácidos grasos omega-3, la ashwagandha, el té verde, la valeriana o la kava. 

11- Recurre a los aceites esenciales

Los aceites esenciales o prender una vela aromática pueden ayudar a reducir tu sensación de estrés o ansiedad. Algunos aromas más calmantes son lavanda, rosas, bergamota, camomila, flores de naranja, sándalo...

12- Evita la procrastinación

Deja de postergar todo y dejarlo para otro día, ya que es posible que todo eso que has postergado se te acumule un día, causándote un gran estrés y ansiedad. 

Técnicas de relajación contra el estrés

Además de seguir todos los consejos anteriormente descritos, es importante que aprendas técnicas de relajación ya que este tipo de técnicas enseñan al cuerpo a relajarse y disminuir la presión arterial y la frecuencia cardiaca, reduciendo los efectos negativos del estrés en nuestro organismo. Existen muchas técnicas de relajación diferentes, aunque estas son las más habituales y sencillas de practicar:

- Respiraciones profundas. Cuando sientas que vas a estallar, siéntate en un sitio tranquilo, coloca una mano sobre tu estómago y la otra sobre tu corazón. Inhala lentamente sintiendo cómo se eleva el estómago, aguanta la respiración unos segundos y exhala lentamente, sintiendo cómo el estómago desciende.

- Meditación. La meditación nos ayuda a concentrar nuestra atención, despejar nuestra mente y relajarnos. La meditación se lleva practicando durante miles de años, especialmente en algunos países del mundo, y aunque se puede realizar de diversas formas, casi siempre incluye una serie de pasos o rituales, como la atención enfocada, es decir, concentrarse en la respiración o un objeto para mantener la mente centrada. También es importante el silencio para evitar las distracciones, adoptar una postura cómoda, mantener una actitud abierta o respirara de manera relajada y tranquila. Puedes comprar libros de meditación para saber cómo empezar a realizar esta técnica que tantos beneficios tiene para la salud.

- Biorretroalimentación o biofeedback. Esta técnica ayuda a controlar algunas funciones del cuerpo, como la frecuencia cardiaca. Debes hacerlo con un experto ya que se usan una serie de sensores adheridos a diversas partes del cuerpo que miden la temperatura corporal, las ondas cerebrales, la respiración y la actividad muscular. Estas lecturas se pueden ver en un monitor para que, por medio del control de tus pensamientos y emociones, ayudes a cambiar los parámetros que aparecen en ellos.

- Relajación progresiva. Siéntate o túmbate en un lugar calmado y concéntrate en ir apretando progresivamente los músculos de todo el cuerpo, empezando por los dedos de los pies y subiendo hacia la parte superior del cuerpo. Concéntrate en un grupo de músculos cada vez y después de apretarlos, libéralos.

- Yoga. El yoga tiene su origen en la India y es una práctica que combina posturas y movimientos con una respiración enfocada y la meditación. El yoga no solo nos ayuda a relajarnos, sino que también incrementa nuestra fuerza y flexibilidad, a la vez que nos ayuda a practicar ejercicio de manera regular.

- Taichí. El taichí es una técnica de defensa personal que tiene su origen en China y que presenta muchos beneficios para la salud. Es un tipo de ejercicio suave de bajo impacto, por lo que es ideal para todo tipo de personas. Comprende una serie de movimientos lentos y relajados, posturas específicas, concentración y respiración enfocada.

- Desensibilización sistemática. Con esta técnica se intenta controlar las reacciones de ansiedad o miedo ante situaciones que resultan amenazadoras para un individuo. Se fundamenta en la relajación progresiva de Jacobson, que consiste en la realización de ejercicios físicos de contracción-relajación para conocer cada parte de nuestro cuerpo y relajarlas cuando se tensen. 

- Técnicas de autocontrol. El objetivo de estas técnicas es conseguir que el control de la propia conducta a través del adiestramiento de la capacidad para regular las circunstancias (tanto las que anteceden a su conducta como las derivadas de la misma). Estos procedimientos son muy útiles en el manejo y control de las conductas implicadas en situaciones de estrés y complejas. 

- Técnicas cognitivas. Son utilizadas para cambiar el pensamiento, modificar las evaluaciones negativas con respecto a las demandas o de los propios recursos del individuo con el fin de afrontarlas de una forma más eficaz. 

Muchas de estas técnicas necesitan el apoyo de un profesional de psicología. 

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