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Técnicas para llegar a acuerdos

Técnicas para llegar a acuerdos

En nuestro día a día resulta bastante frecuente querer acordar algo con nuestra pareja, nuestros compañeros de trabajo o con algún miembro de nuestra familia. Sin embargo, las cosas no son tan sencillas como parecen y son muchas las ocasiones en que para llegar a algún acuerdo necesitaremos proceder de una manera determinada.

Índice

La importancia de la honestidad

Constantemente la vida nos plantea retos, problemas o situaciones complejas que requieren una predisposición determinada para encontrar la mejor solución. Como decíamos, estas son situaciones personales, familiares, laborales, etc., que van a requerir de nosotros un claro liderazgo, mucho respeto y honestidad.

La honestidad es fundamental si lo que queremos es asegurarnos de que esa persona, sea quien sea, tenga claro lo que queremos y la razón por la que lo queremos. Es cierto que en ocasiones puede resultar complicado ser honesto, pero debemos serlo. Además, también tenemos ser respetuosos con la perspectiva de la otra persona. Esto hará que a pesar de que no pensemos de la misma manera que ella podamos lograr más fácilmente llegar a un acuerdo.

¿Cómo llegar a un acuerdo?

En primer lugar, debemos tener claro que es fundamental tener una comunicación abierta. Debemos ser sinceros con la otra persona ya que, de lo contrario, esta podría darse cuenta de que estamos tratando de conseguir algo y la disposición que pueda tener para llegar a ese acuerdo será mucho menor. Es importante también expresar lo que queremos conseguir, pero tras esto escuchar también al otro lo que nos tenga que decir. De esta forma las intenciones de ambas partes se dejarán claras desde el principio.

En segundo lugar, nos fijaremos en nuestro comportamiento. Debemos mantener una posición correcta cuando intentemos hablar con esa persona y estar calmados. Si mostramos un carácter molesto o sarcástico lo único que conseguiremos será que la otra persona pierda todo tipo de interés en nosotros y nuestro punto de vista le acabe dando absolutamente igual.

Además, debemos medir lo que le estamos pidiendo a esa persona. ¿Es algo razonable? Para obtener esta respuesta habrá que considerarlo antes detenidamente. El planteamiento de lo que es o no razonable viene porque existen tanto acuerdos positivos como negativos. Los positivos pueden ser más sencillos de resolver. Un ejemplo de acuerdo positivo sería pedirle a nuestra pareja más comunicación o, por ejemplo, a un amigo más atención.

Sin embargo, intentar transformar una forma de ser es un acuerdo negativo ya que esto es algo que no va a cambiar. Es cierto que las personas pueden modificar pequeños comportamientos de su personalidad que molestan o irritan demasiado a la otra persona, pero cambiar completamente la forma de ser de alguien es completamente imposible.

También hay que saber escuchar. Para llegar a un acuerdo totalmente efectivo es necesario escuchar correctamente a la otra parte. Y no, no basta simplemente con poner algo de atención. Debemos realizar contacto visual siempre con la otra persona y no mirar nuestro teléfono móvil o cualquier otro objeto que podamos tener cerca. No obstante, si no hemos escuchado algo durante la conversación por una u otra razón, podemos pedir que nos lo repitan, pero hacerlo siempre con respeto.

Finalmente tenemos que ser capaces de defendernos apropiadamente. Está claro que nuestras necesidades son muy importantes pero las de la otra persona también lo son. Hay maneras apropiadas de llegar a cualquier tipo de acuerdo (no negativo) si hablamos con claridad, explicamos lo que queremos y tenemos claros algunos temas en los que nos resultará más difícil acordar algo, aunque lo más importante sin duda sea tener la disposición para llegar a ellos y poseer la capacidad de escuchar.

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