Pautas de higiene oral

Índice

• ¿Qué es la higiene bucal y por qué es tan importante?
• 12 consejos para una buena higiene bucal

¿Qué es la higiene bucal y por qué es tan importante?

La higiene bucodental es el conjunto de cuidados que hacemos en nuestra boca y sus estructuras (dientes, encías, lengua, paladar…) para conseguir que esté sana y libre de infecciones o enfermedades como la caries, la gingivitis o la halitosis.

Una buena higiene bucal no solo es importante para evitar estas enfermedades, sino que nos permite tener un mejor aspecto físico, sentirnos más seguros y con mejor autoestima y, por supuesto, evitar otras enfermedades ya que muchos microorganismos entran por la boca, por lo que unos dientes y encías sanos nos protegerán de muchas enfermedades más graves. Por último, cuidar nuestra boca nos ayudará a llegar a la vejez con nuestras piezas dentales, lo que nos ayudará a comer mejor y estar más sanos.

12 consejos para una buena higiene bucal

1- Cepillarse los dientes tres veces al día, después de cada comida, o incluso más si haces más de 3 comidas diarias. Después de comer siempre quedan restos de comida entre los dientes que son los causantes de la aparición de la placa dental bacteriana. Además, la comida puede alterar el pH de la saliva, necesario para evitar la acumulación de sarro y la desmineralización del esmalte. Por eso, limpiarse los dientes después de cada comida nos ayuda a eliminar esos restos y reducir el riesgo de caries.

2- Dedicar varios minutos al cepillado. Un error muy habitual es cepillarse los dientes rápidamente, sin dedicar el tiempo necesario a cada diente, por lo que no es muy efectivo. Hay que estar al menos dos minutos cepillando minuciosamente cada diente y parte de la boca. Cepíllate los dientes con movimientos cortos, suaves y elípticos.

3- Elegir un cepillo de dientes adecuado, que no sea demasiado duro para no dañar las encías ni demasiado grande para no poder llegar a las zonas más recónditas. Los cepillos interdentales pueden ayudar si hay mucho espacio entre los dientes. Y los cepillos eléctricos son más efectivos.

4- Cambiar el cepillo de dientes cada 3 meses aproximadamente o antes si vemos que las cerdas están muy desgastadas y ya no son tan eficaces. Los cepillos interdentales se deben cambiar cada 4 o 5 días.

5- Usar hilo dental para poder llegar a las zonas interdentales a las que no llegan los cepillos. Basta con usarlo una vez al día, después de cenar.

6- Usar al acabar el cepillado un enjuague dental con flúor para eliminar las bacterias que pueda haber en la boca y que no hayan podido eliminar ni el cepillo ni el hilo dental. El enjuague ayuda a evitar el mal aliento, pero nunca debe sustituir al cepillado, es complementario a este.

7- Limpiarse también la lengua ya que en ella también se acumulan muchas bacterias. Lo mejor es usar un raspador lingual para eliminar las bacterias que se hayan depositado en la lengua.

8- Acudir al menos una vez al año al especialista en odontología y más a menudo si detectamos algún problema para poder tratarlo cuanto antes.

9- Elegir una pasta de dientes adecuada para nuestros problemas concretos: blanqueante, para dientes sensibles, con más flúor… pregunta a tu odontólogo cuál es el mejor para ti.

10- Evita las comidas con mucho azúcar ya que aumentan el riesgo de caries.

11- Cuando no puedas cepillarte los dientes después de una comida, puedes masticar chicles sin azúcar o una manzana para aumentar la producción de bicarbonato sódico en la saliva y así neutralizar los ácidos que estropean la mineralización de los dientes, haciéndolos más débiles y propensos a la caries.

12- Realízate una limpieza dental cada año para eliminar la placa dental que se acumula a pesar de todos los cuidados.