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¿Cuánto dura un ataque de esquizofrenia?

¿Cuánto dura un ataque de esquizofrenia?

La esquizofrenia es un trastorno mental crónico y muy grave que afecta la forma en que una persona piensa, siente y se comporta. Las personas con esquizofrenia parecen que pierden el contacto con la realidad y pueden ponerse en peligro a sí mismas y a los demás, pero afortunadamente hay tratamientos que pueden evitar los ataques de esquizofrenia.

Índice

Tipos de esquizofrenia

La esquizofrenia es un trastorno mental grave por el cual las personas interpretan la realidad de manera anormal. La esquizofrenia puede afectar al funcionamiento diario y puede ser incapacitante.

Los tipos de esquizofrenia están definidos por los síntomas que predominan, aunque pueden darse varios tipos a la vez:

- Esquizofrenia paranoide: durante los ataques, la persona tiene ideas delirantes y alucinaciones auditivas sin claras alteraciones en la afectividad, en el lenguaje y sin mostrar un comportamiento catatónico asociado. Fundamentalmente, las ideas delirantes son de persecución, de perjuicio o ambas, y las alucinaciones estén relacionadas con el contenido de la temática delirante. Suele ser de inicio más tardío.

- Esquizofrenia desorganizada: se caracteriza por el lenguaje y el comportamiento desorganizado y unas alteraciones en las emociones marcadas. Puede haber ideas delirantes y alucinaciones, pero no suelen estar organizadas en torno a un tema coherente. La persona afectada puede experimentar muecas, manierismos y otras rarezas del comportamiento. Habitualmente, este subtipo está asociado a un inicio temprano y a un curso continuo.

- Esquizofrenia catatónica: marcada alteración psicomotora que puede incluir inmovilidad, actividad motora excesiva, negativismo extremo, mutismo o peculiaridades del movimiento voluntario. Aparentemente, la actividad motora excesiva carece de propósito. Es más difícil de diagnosticar ya que se puede confundir con otras patologías.

- Esquizofrenia residual: se produce cuando ha habido al menos un episodio de esquizofrenia, pero en el cuadro clínico no aparecen ideas delirantes, alucinaciones, comportamiento o lenguaje desorganizado, sino solo los llamados síntomas negativos (aislamiento emocional, social, pobreza del lenguaje, falta de interés...).

- Esquizofrenia indiferenciada: cuando una esquizofrenia no reúne los criterios de los subtipos anteriores o presenta varios de ellos.

- Esquizofrenia simple: en este subtipo los síntomas positivos (delirios y alucinaciones) son mínimos destacando otras alteraciones como deterioro insidioso de las funciones mentales y del afecto emocional durante más de un año.

Síntomas de la esquizofrenia

Los síntomas de la esquizofrenia se dividen clásicamente en síntomas positivos y negativos y se le pueden añadir otros síntomas llamados cognitivos.

- Síntomas positivos o psicóticos

Las personas con síntomas psicóticos pueden perder el sentido compartido de la realidad con los demás y ver el mundo de una manera distorsionada. Para algunas personas, estos síntomas aparecen y desaparecen. Para otras, los síntomas se estabilizan con el tiempo. Los síntomas psicóticos incluyen:

- Alucinaciones o fantasías: cuando una persona ve, oye, huele, saborea o siente cosas que no son reales. Ellos creen que existen, pero no es cierto.

- Ideas delirantes: cuando una persona tiene creencias fuertes que no son ciertas y pueden parecer irracionales a los demás. Por ejemplo, creer que algunas personas quieren lastimarlos o que hay una conspiración secreta contra ellos.

- Trastorno del pensamiento: formas de pensar inusuales o ilógicas y problemas para organizar sus ideas y el habla. Dejar un pensamiento a medias, no poder acabar una idea…

- Trastornos del movimiento: presentar movimientos corporales anormales. Esto puede mostrarse de varias maneras, desde la tontería infantil hasta la agitación impredecible. El comportamiento no está enfocado en un objetivo, así que es difícil hacer las tareas diarias.

- Síntomas negativos

Aplanamiento afectivo.

Alogia: disminución de la fluidez y del pensamiento. La persona esquizofrénica muestra una baja capacidad asociativa, un lenguaje pobre, estereotipado y repetitivo que usa contenidos simples.

Pérdida de interés por todo o apatía.

Dificultad para mostrar emociones.

Problemas para planificar y realizar actividades.

Dificultad para prever y sentir placer en la vida cotidiana (anhedonia).

Evitar la interacción social o interactuar de manera socialmente incómoda.

A veces, estos síntomas se confunden con los de la depresión u otras enfermedades mentales.

- Síntomas cognitivos

Reducción en la atención, memoria y ciertas funciones ejecutivas que incluyen dificultades de concentración, falta de atención, lentitud de pensamiento y falta de percepción (comprensión y aceptación) de la enfermedad.

La mayoría de las personas con esquizofrenia no son violentas. Además, el riesgo de hacerse daño o de violencia hacia los demás es mayor cuando la enfermedad no se trata. Por eso la detección y diagnóstico tempranos son clave.

¿Qué causa la esquizofrenia?

Varios factores pueden contribuir al riesgo de que una persona presente esquizofrenia:

- Genética. A veces, la esquizofrenia es hereditaria. Sin embargo, no siempre se hereda. Hay muchos genes diferentes que pueden aumentar la probabilidad de que una persona desarrolle esquizofrenia, pero ningún gen por sí mismo causa el trastorno.

- Ambiente: ciertos aspectos del entorno y las experiencias de vida, como la pobreza, entornos estresantes o peligrosos y exposición a virus o problemas nutricionales antes del nacimiento, aumentan el riesgo de esquizofrenia.

- Estructura y función del cerebro: algunas investigaciones muestran que es más probable que las personas con esquizofrenia tengan diferencias en el tamaño de ciertas áreas del cerebro y en las conexiones entre las áreas que lo conforman. Los problemas con ciertos químicos del cerebro que se producen naturalmente, como los neurotransmisores llamados dopamina y glutamato, pueden contribuir a la esquizofrenia. Los estudios de imágenes cerebrales muestran las diferencias en la estructura del cerebro y el sistema nervioso central de las personas con esquizofrenia.

¿Cómo se diagnostica la esquizofrenia?

El hecho de que una persona presente un episodio psicótico aislado no significa que esa persona sea esquizofrénica. Para que el psiquiatra diagnostique esta enfermedad los síntomas deben ser continuos durante al menos 6 meses y producirse más de un episodio.

El diagnóstico temprano ayuda al tratamiento y a que la persona pueda vivir con normalidad. Por lo general, las personas con esquizofrenia son diagnosticadas entre los 16 y los 30 años, después de un primer episodio de psicosis.

Son varios los modos como puede iniciarse, desde una forma lenta y progresiva hasta un comienzo agudo y brusco con un ataque de esquizofrenia que asuste a sus allegados. A veces, las personas que sufren de esquizofrenia presentan algunas dificultades sociales y académicas ya desde la infancia.

En esta etapa, que se llama prodrómica, la persona puede sufrir un trastorno de la personalidad, problemas con las drogas, dificultades en las relaciones interpersonales, trastornos del estado de ánimo, etc. Esta etapa tiene un promedio de 2 a 6 años de duración.


Además, en los años previos al inicio de los síntomas se pueden observar algunas señales como problemas de atención y concentración, tristeza, ansiedad, problemas para dormir, aislamiento…

Después llegaría la etapa prepsicótica, que comienza con la aparición del primer síntoma positivo hasta que se inicia el brote, de manera gradual o aguda. En esta etapa el paciente puede experimentar una alucinación, un delirio, o una depresión. El mundo se vuelve amenazante para el paciente y éste lo vive de forma angustiosa. Esta etapa puede durar de 3 a 12 meses.

Por último, aparece el brote psicótico, donde el paciente pierde el contacto definitivo con la realidad y donde puede volverse peligroso para sí mismo o para terceros. Este brote de esquizofrenia puede durar horas o días, según lo que tarde el diagnóstico y tratamiento.

El diagnóstico en medicina de la esquizofrenia implica descartar otros trastornos de salud mental y determinar que los síntomas no se deben al abuso de sustancias, medicamentos o afecciones.

Entre las pruebas que se pueden realizar encontramos exploración física, análisis, estudios por imágenes, como una resonancia magnética o una tomografía computada, evaluación psiquiátrica y tener en cuenta los criterios de diagnóstico para la esquizofrenia recogidos en el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-5), publicado por la American Psychiatric Association.

¿Cuál es el tratamiento de la esquizofrenia?

Normalmente, el tratamiento consistirá en una combinación de tratamientos farmacológicos y psicoterapia.

Los tratamientos farmacológicos reducen los síntomas de la esquizofrenia y ayudan a evitar los episodios. Se suelen usar antipsicóticos en la dosis que necesite cada paciente. Por lo general, estos medicamentos se toman todos los días en forma de pastilla o líquido. Algunos medicamentos antipsicóticos se administran mediante inyecciones una o dos veces al mes.

Otros medicamentos, como los antidepresivos y los ansiolíticos, también pueden resultar útiles. Pueden pasar varias semanas hasta observar la mejora de los síntomas.

Es importante que el enfermo no abandone el tratamiento y que aumenta el riesgo de sufrir recaídas. Las recaídas ponen en riesgo la independencia y la salud de la persona y de sus allegados y, además, cada vez suelen ser más frecuentes y necesitar más tiempo para recuperarse de ellas. Para que la persona pueda vivir su vida, es fundamental evitar estas recaídas.

La psicoterapia puede ayudar a la persona acepte su enfermedad, mejorando su conducta social y su reintegración en la sociedad, encontrando soluciones a los retos diarios para que puedan estudiar, trabajar, etc.

Algunos ejemplos de este tipo de tratamiento incluyen terapia cognitivo-conductual, capacitación en habilidades conductuales, empleo con apoyo e intervenciones de rehabilitación cognitiva.

Es necesario también ayudar a los amigos y familiares para que puedan sobrellevar la angustia de la enfermedad y sepan cómo ayudarle. La mayoría de los individuos con esquizofrenia necesitan algún tipo de apoyo para la vida diaria.

Si la esquizofrenia no se trata adecuadamente, la afección puede empeorar rápidamente y necesitar hospitalizaciones frecuentes para garantizar seguridad, alimentación correcta, horas de sueño adecuadas e higiene básica.

Complicaciones de la esquizofrenia

Si no se trata, la esquizofrenia puede dar lugar a graves problemas:

- Suicidio, intentos de suicidio y pensamientos de suicidio

- Trastornos de ansiedad y trastorno obsesivo compulsivo (TOC)

- Depresión

- Abuso de alcohol o de otras drogas

- Incapacidad para trabajar o asistir a la escuela

- Problemas financieros

- Aislamiento social

- Comportamiento agresivo, aunque es poco común

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