Síntomas de la hernia de hiato

Índice

• ¿Cuáles son los síntomas de la hernia de hiato?
• ¿Se puede prevenir la hernia de hiato?
• Diagnóstico de la hernia de hiato. ¿Qué hábitos nutricionales deben seguirse?
• ¿Quién padece hernia de hiato?

La hernia de hiato en medicina es una alteración anatómica que consiste en el desplazamiento de una parte del estómago hacia el tórax a través del diafragma y que no siempre produce síntomas típicos de reflujo gastroesofágico. Esto quiere decir que la hernia de hiato se produce cuando el estómago asciende hacia el tórax a través del hiato esofágico del diafragma. Esto provoca, por tanto, que le hernia de hiato altere los mecanismos antirreflujo de la unión esofagogástrica y sea también la causante de un empeoramiento del reflujo gastroesofágico (ERGE) del que más adelante hablaremos.

Por norma general, su causa se desconoce, pero muchas veces esta podría deberse a la debilidad de los músculos del abdomen que la rodean. Sin embargo, muchas otras veces la causa es o bien una lesión o por algún defecto congénito. A medida que vamos envejeciendo el riesgo de tener este problema es mayor. De hecho, es mucho más común la hernia de hiato a partir de los 50 años aproximadamente y más riesgo habrá también si se padece obesidad o la persona fuma.

Cuando uno no tiene síntomas de la hernia de hiato no necesita tratamiento. Sin embargo, cuando sí se tienen resulta fundamental hacer algunos cambios del estilo de vida como, por ejemplo, comer porciones pequeñas, evitar ciertos alimentos, no fumar, no beber alcohol y perder algo de peso. Además, el médico podría recomendar también en algunas ocasiones antiácidos u otro tipo de medicinas, aunque si eso no ayuda, posiblemente sea necesaria una cirugía.

¿Cuáles son los síntomas de la hernia de hiato?

Es cierto que en su gran mayoría las hernias hiatales pequeñas no suelen generar signos clínicos ni síntomas. Sin embargo, las más grandes podrían causar los siguientes síntomas:

- ardor de estómago o pirosis

- regurgitación de comida o líquido a la boca

- retroceso de ácido estomacal al esófago (reflujo ácido)

- dificultad para tragar

- dolor abdominal o en el pecho

- falta de aire al respirar

- vómitos con sangre o heces de color negro, que podrían indicar sangrado gastrointestinal

¿Se puede prevenir la hernia de hiato?

En el caso de los niños, por ejemplo, la hernia de hiato no se puede prevenir porque es congénita, es decir, nacen con ella por lo que no existe posibilidad alguna de prevenirla, pero en el caso de los adultos (aunque la causa no esté del todo clara…), su aparición sí se ha visto relacionada con algunas enfermedades como la obesidad o el sobrepeso, o bien por culpa de hábitos dietéticos, estilos de vida y otros aspectos como el tabaquismo. Por ello, la prevención iría más bien encaminada en mejorar el estado nutricional de las personas, de sus hábitos o de sus estilos de vida.

Diagnóstico de la hernia de hiato. ¿Qué hábitos nutricionales deben seguirse?

Los pacientes descubren que tienen hernia de hiato tras hacerse pruebas por reflujo gastroesofágico, acidez estomacal, dolor de pecho o abdominal. Los exámenes podrían ser una radiografía de pecho, una radiografía con contraste de bario o bien una endoscopia superior.

Si finalmente sale que se padece hernia de hiato lo ideal sería hacer comidas menos abundantes, pero más divididas a lo largo del día, disminuyendo también el contenido de grasa en las comidas, evitar acostarse antes de pasadas dos o tres horas de haber comido y evitar también determinados alimentos que podrían desencadenar la sintomatología.

Todo ello también hará que resulte más sencillo bajar de peso y mejorar el estado nutricional en general. Los alimentos picantes, en escabeche o muy salados, y las bebidas como el alcohol, las carbonatadas, el té y el café hay que intentar evitarlos. Los ácidos y los crudos, como el ajo o la cebolla podrían favorecer también las molestias de la hernia de hiato.

¿Quién padece hernia de hiato?

Aproximadamente el 15% de la población podría tener hernia de hiato, aunque es cierto que no todos ellos tienen por qué presentar los mismos síntomas. De hecho, muchas veces se suele confundir la hernia de hiato con el reflujo gastroesofágico, pero no son lo mismo. Tal y como lo definen los expertos, “la hernia de hiato es una alteración anatómica, una afección en la cual la parte superior del estómago se abulta a través de una abertura en el diafragma. Este último es un músculo delgado que separa el estómago del tórax y ayuda a impedir que el ácido pase hacia el esófago”. Cuando una persona padece hernia hiatal, es mucho más sencillo que ese ácido suba, y es ese paso del ácido desde el estómago hacia el esófago lo que se conoce como reflujo gastroesofágico.

Este, por ejemplo, podría causar algunos síntomas como la acidez, los problemas para tragar, la tos seca, el mal aliento, las náuseas o los vómitos, los problemas para respirar y el daño en los dientes, aunque tras la cirugía este desaparece inmediatamente pues es como si cerrasen “el grifo” del reflujo, por decirlo de alguna manera. Además, por suerte, esta cirugía es de recuperación rápida al realizarse por laparoscopia y habitualmente se dará el alta el primer o segundo día del postoperatorio. Asimismo, se podría también empezar a comer al día siguiente de la intervención y reanudar una alimentación normal a los diez días.

No obstante, hay que tener en cuenta que solamente deberían operarse los pacientes que no mejoren sus síntomas, aunque tomen los medicamentos adecuados, aquellos que debidamente informados no quieran seguir tomando la medicación, aquellos que padezcan complicaciones respiratorias de repetición como la aspiración, la neumonía o la laringitis, los que tengan problemas graves en el esófago, o quienes cuenten con una hernia paraesofágica y hernia de hiato gigantes donde parte del estómago está ascendido en el tórax.