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¿Quieres ser un buen mentor? ¡Empieza por hacer estas 8 preguntas!

¿Quieres ser un buen mentor? ¡Empieza por hacer estas 8 preguntas!

Un mentor es un consejero o guía de una persona, generalmente en el ámbito laboral o académico. Encontrarte con un buen mentor puede hacer que tu carrera se dispare y se desarrolle mucho mejor. Pero también es importante ser un buen mentor y hacer lo mismo con alguien que está empezando. Si quieres ser un buen mentor, nunca debes olvidar hacer estas 8 preguntas.

Una de las características más importantes que los buenos maestros o mentores tienen en común es su capacidad para formular preguntas perspicaces. Para los mentores, lo más importante, en realidad, es hacer preguntas, ser una guía para el otro en lugar de ser el sabio en el escenario. Y, para ello, debes mostrar curiosidad. Estas son las 8 preguntas que no debes olvidar:

1- ¿Qué es el éxito para ti?

La belleza de esta pregunta, que es otra forma de preguntar sobre los objetivos del protegido, es que se puede adaptar para escenarios de gran tamaño o situaciones específicas. Preguntar qué es para alguien el éxito puede referirse a los objetivos y la planificación a largo plazo. Sin embargo, cuando se aplica a una situación específica, puede ayudar a determinar cuáles son las prioridades inmediatas para un proyecto o situación.

2- ¿Qué resultado quieres obtener?

Similar a la pregunta anterior sobre cómo el éxito, esta pregunta es efectiva para situaciones donde hay más de una solución o posibilidad de elección. Cuando tienes claro el resultado específico que deseas, la mejor acción para conseguirlo se vuelve más clara. Por ejemplo, si estás teniendo un conflicto con un miembro del equipo, la mejor solución será diferente si quieres tratar de reparar la relación o si piensas que es imposible y solo quieres alejarte de esa persona.

Si tu protegido se enfrenta a una situación realmente complicada, esa es a menudo la mejor pregunta que puedes hacerle para ayudarlo a levantar la cabeza y comenzar a observar la situación desde un ángulo completamente nuevo.

3- ¿Qué quieres que sea diferente en 3 o 5 años?

Esta pregunta obliga a tu protegido a enfocarse en un resultado a largo plazo, buscando aquellas áreas que requieran crecimiento o cambio. Dado que el mundo de los negocios cambia a un ritmo tan rápido hoy en día, enfocarse en un objetivo más corto -tal vez en tres años- aún permite suficiente tiempo para el pensamiento creativo y las aspiraciones sin la distracción de cuán diferente podría ser el lugar de trabajo en ese momento. Las respuestas pueden revelar cómo desea crecer esa persona, o los cambios fundamentales que debe hacer para lograr sus objetivos.

4- ¿A qué obstáculos se está enfrentando?

Los mentores pueden ser grandes evaluadores de los obstáculos, pero, muchas veces, los protegidos pueden ser reacios a compartir los desafíos a los que se enfrentan, o pueden no haberlos pensado realmente. Preguntar sobre ellos abiertamente le permite al mentor explorar los desafíos con los que el discípulo está luchando, y también discutir las fortalezas y debilidades de la persona al abordarlos.

La mayoría de nosotros sabemos en qué puntos flaqueamos, pero no hemos sabido o podido abordarlo. Identificar cuáles son los obstáculos es un gran lugar para comenzar.

5- ¿Qué puedes controlar?

Esta pregunta cambia el enfoque al hacernos reflexionar sobre factores que están más allá del control del protegido y sobre lo que realmente pueden hacer con la situación. Es posible que no pueda cambiar una política corporativa desleal de inmediato, pero puede encontrar respuestas a corto plazo para ayudarlo a lidiar con ella mientras trabaja en soluciones a más largo plazo.

6- ¿Qué es lo que tú has logrado?

Al enfrentarse a obstáculos o desafíos, el protegido también debe tener una idea de cómo se enfrentará a ellos. Incluso si el protegido está luchando con las respuestas correctas, tener otras ideas asegura que el individuo ha reflexionado sobre el asunto. Tener una conversación sobre este tema permite al protegido tener nuevas ideas y soluciones, lo que a su vez dará pie a nuevas ideas y pensamientos.

7- Cuéntame más

Todos hemos escuchado este dicho: “Normalmente hay tres versiones de cada historia: tu historia, la historia del otro y la verdad”. Aunque técnicamente no es una pregunta, esta afirmación pide al protegido más detalles sobre lo que le llevó a formar sus opiniones o le ayudó a llegar a una conclusión. Eso puede ayudar a revelar sesgos o puntos ciegos que están afectando a su juicio. Con el beneficio de cierta objetividad y otro grado de separación de la situación, el mentor puede ayudarlo a expandir su pensamiento y posiblemente a encontrar nuevas formas de ver una situación.

8- ¿Qué estás leyendo?

Así que ya sabes, si quieres ser un buen mentor, no olvides hacer a tu protegido estas 8 preguntas. Y si no eres mentor ni lo tienes, háztelas a ti mismo, te ayudarán a dar más de ti y llegar más lejos.

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