• Buscar
×

¿Qué pasa si te comes las uñas?

¿Qué pasa si te comes las uñas?

La mayoría de nosotras lo sabemos, precisamente bueno eso de comerse las uñas no es, pero a veces resulta inevitable hacerlo sobre todo cuando estamos nerviosas por algo. Es a lo que primero nos lanzamos para calmar nuestra ansiedad en esos momentos, y lo peor de todo ello es que es un hábito del que no somos para nada conscientes.

Índice

Causas de la onicofagia

Las uñas son esas láminas corneas que se encuentran en las extremidades dorsales de las manos y de los pies. En la base de estas encontramos la matriz producida por la queratina, una proteína fibrosa que el cuerpo produce de forma natural, y la cutícula, que es lo que recubre la matriz. Cuando las células que se encuentran en la raíz de la uña crecen, las nuevas células de estas empujan a las viejas que se aplanan y endurecen gracias a la queratina, la proteína de la que hablábamos.

La función de las uñas consiste básicamente en proteger los extremos sensibles de los dedos de las manos y de los pies. Es cierto que las uñas humanas no son necesarias para la vida ya que al ser un tipo de piel modificada solamente cumple funciones decorativas. Sin embargo, sí proporcionan apoyo para las puntas de los dedos, los protegen contra lesiones y ayudan a coger objetos pequeños. No obstante, hemos de saber que sin ellas resultaría muy complicado rascarse si tenemos alguna sensación molesta en una determinada parte del cuerpo o, por ejemplo, desatar un nudo. Además, las uñas son indicadores de la salud general de cualquier persona y las enfermedades suelen afectar también a su crecimiento.

El verdadero problema en relación con las uñas viene dado entonces porque más allá de ser un problema estético, comernos las uñas puede derivar en complicaciones de salud de tipo bacteriano e incluso en la deformación de nuestros dedos. La onicofagia o “comerse las uñas”, que es como se conoce popularmente, es un problema bastante habitual a cualquier edad que, a pesar de ser una mala costumbre aceptada socialmente, no es ni buena ni saludable.

Además de ser un trastorno emocional, este mal hábito puede traer consecuencias graves para la salud física como las infecciones, las enfermedades, los herpes en las manos, etc. En primer lugar, debemos saber que se contempla como un trastorno emocional porque la importancia que le damos es tan grande que muchas mujeres dejan de verse con amigas o conocidas porque no siguen “el canon de belleza estipulado en nuestra sociedad” y tratan, por tanto, de ocultar las manos. ¿Por qué? La respuesta está clara. A nadie le gusta que le vean las uñas en mal estado (rotas, podridas o mordidas) y por eso algunas de las consecuencias psicológicas que esto conlleva son la vergüenza, la baja autoestima, la frustración o la tristeza.

Entre las principales causas de onicofagia encontramos el estrés, la ansiedad, la timidez, la baja autoestima o el miedo. En definitiva, situaciones que nos superan y a las que no sabemos hacer frente, por lo que nos comemos las uñas como mecanismo de protección. 

Consecuencias de morderse las uñas

Las uñas son el sitio perfecto para que proliferen bacterias de todo tipo ya que nuestros dedos manipulan muchos objetos que pueden estar sucios o contaminados. En el mismo momento en que nos llevamos los dedos a la boca, los microorganismos pasan a las mucosas y desde allí van directos al interior de nuestro cuerpo pudiendo causar una infección.

Comerse las uñas también acarrea problemas dentales, pues los dientes frontales son los que se encargan de morder las uñas aumentando el desgaste en los bordes de las piezas dentales y aumentando también la sensibilidad oral dado que se va perdiendo el esmalte que las recubre. Además, provoca maloclusión dental, es decir, un mal alineamiento de los dientes y problemas para masticar o dormir si no se cierra la boca de manera adecuada.

Cuando nos mordemos las uñas también somos mucho más vulnerables a sufrir enfermedades. Una de las más comunes es la paroniquia. Esta enfermedad es la infección de la piel alrededor de las uñas de las manos y también de los pies que provoca hinchazón, enrojecimiento y producción de pus. La paroniquia se desarrolla cuando ingresan bacterias en las fisuras o desgarros de la piel. También la aparición de hongos puede ser bastante frecuente dado que la carne de los dedos está al aire libre y sin protección.

Finalmente, debemos decir que los dolores son prácticamente la peor consecuencia que podemos sufrir. Cuando deseamos abrir un envoltorio de algo o escribir, por ejemplo, en el móvil u el ordenador, el dolor puede ser insoportable. Con esto queremos decir que actividades diarias como estas pueden costarnos muchísimo esfuerzo ya que no las podemos realizar de manera eficaz porque al mínimo contacto de los dedos con cualquier objeto o material nos paralizará por completo.

¿Cómo evitar mordernos las uñas?

Existen algunos trucos o recomendaciones que pueden ayudarnos a evitar comernos las uñas.

En primer lugar, podríamos comenzar a masticar plantas comestibles como la raíz de regaliz de tal manera que tengamos la boca entretenida y podamos evitar comernos las uñas. También es una buena idea masticar chicles o pastillas de menta que además de mantener nuestra boca ocupada, nos proporcionará un aliento fresco y evitará que nos salgan pequeñas arruguitas en la cara dado los movimientos de los músculos de la mandíbula.

En segundo lugar, aunque algo más costoso, se puede probar con el aloe vera, una planta que a pesar de poseer numerosos beneficios para la salud sabe bastante mal. Lo ideal es pelar con un cuchillo un nervio de la planta, cortarlo y ponerlo en la nevera. Tras sacarlo al día siguiente simplemente frotaremos nuestras uñas con ello. Es muy probable que no nos queden ganas de morderlas cuando saboreemos esta planta.

Otras opciones son usar esmaltes con sabor amargo, mantener las uñas cortas... 

Finalmente, otra muy buena opción es ponerse uñas postizas durante algún tiempo, aunque no demasiado, ya que tampoco es muy recomendable esta “moda actual” para la salud de nuestras uñas. No obstante, con ello sí permitiremos que nuestras uñas naturales puedan tener tiempo para crecer y evitaremos morderlas porque además de ser de plástico, nos han costado un ojo de la cara.

No obstante, estos mecanismos solo atacan la causa física, pero no la psicológica. Si queremos dejar de mordernos las uñas, lo mejor es acudir a un profesional de psicología que averigüe la causa exacta de esta conducta y nos ayude a gestionar nuestras emociones para que no nos mordarnos las uñas en épocas de estrés, ansiedad, etc. 

Consulta gratuita con un médico especialista

AgeSwitch

También te puede interesar