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¿Qué pasa si dejas de comer?

¿Qué pasa si dejas de comer?

A menudo muchas personas que tienen como único objetivo adelgazar dejan de comer de repente perjudicando gravemente su salud y, además, cuando esta práctica se alarga en el tiempo y después se vuelve a la rutina habitual se produce el efecto rebote.

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Los peligros de la anorexia

Es cierto también que, por desgracia, son muchas las mujeres que alargan tanto “el no comer” que llegan a padecer anorexia. Esta se define como el trastorno de origen neurótico que se caracteriza por un rechazo sistemático de los alimentos y que se observa generalmente en personas jóvenes. Este trastorno de nutrición suele ir acompañado de vómitos provocados, adelgazamiento extremo e incluso, en circunstancias extremas, conlleva a la desaparición de la menstruación.

Además, la anorexia nerviosa es, junto a la bulimia (trastorno alimenticio y psicológico caracterizado por la adopción de conductas en las que el individuo se aleja de las formas de comer saludables, dándose un atracón e induciéndose después el vómito) uno de los tipos más comunes de desórdenes alimenticios que suelen aparecer. Y, además, es importante saber que actualmente los desórdenes alimenticios tienen una de las tasas de mortalidad más altas de todas las enfermedades mentales. Tanto uno como otro son alteraciones del comportamiento relacionado con la alimentación y el único objetivo es perder peso.

Pero, y a pesar de que estos trastornos deben ser vigilados adecuadamente porque en los casos más extremos pueden conllevar incluso a la muerte, lo más grave, sin duda, es lo que pasa en tu organismo cuando dejas de comer. La alimentación es fundamental para la salud y nuestra estabilidad psicológica, pero también para ayudarnos a prevenir muchas enfermedades. De hecho, son numerosos los estudios que relacionan la falta o carencia de una alimentación saludable con enfermedades crónicas demostrando, por supuesto, que una alimentación inapropiada es siempre uno de los principales factores del desarrollo de estas enfermedades. Además, comer es probablemente la acción más importante de todo ser humano al recibir diferentes tipos de nutrientes que se convierten en energía y que son fundamentales para seguir viviendo.

Por otro lado, tenemos la inanición, condición o estado biológico que se produce ante la carencia de nutrientes que recibimos a través de la alimentación. Es, además, una grave reducción de nutrientes, vitaminas e ingesta de energía completamente necesarios para nuestro organismo. La inanición se contempla como la forma más extrema de malnutrición, consecuencia a su vez de la insuficiencia de alimentos excesivamente prolongada. Pero ¿qué sucede realmente si dejamos de comer durante mucho tiempo?

Nuestro organismo se nutre de toda la glucosa que obtiene de los alimentos que consumimos a diario y es, además, el azúcar que aporta la energía necesaria para que nuestro cuerpo realice sus funciones. Cuando dejamos, por ejemplo, que pasen alrededor de seis horas sin que nuestro cuerpo consuma ningún alimento, este entra en un proceso metabólico de energía llamado “cetosis”, y en el que la grasa corporal al descomponerse es la que genera cuerpos cetónicos como fuente de energía a falta de los carbohidratos que no estamos ingiriendo.

Una vez ya se han alcanzado las 72 horas seguidas sin comer, el cerebro comienza resintiendo la falta de glucosa y el organismo empieza a utilizar la masa muscular para obtener energía haciendo que se pierda. No obstante, hemos de ser conscientes que aquí no solamente se pierde músculo sino también vitaminas y minerales. El sistema inmunológico también se disminuye haciendo al cuerpo mucho más propenso a sufrir infecciones. Además, a medida que pasan las horas el cerebro deja de funcionar y las tareas del día a día se hacen cada vez más pesadas y se dificultan a cada segundo que pasa.

Pero ¿qué sucede después?

Al principio, pasadas una o dos semanas, notaremos como nuestro cuerpo se consume a sí mismo ya que al no tener otra fuente de energía comienza a usar sus reservas proteicas, haciéndose cada vez más evidente el deterioro cognitivo. La velocidad de reacción también disminuye y la memoria, por supuesto, sufre daños irreparables.

Finalmente, lo que sucede es que a medida que van pasando los días y las semanas si nuestro cuerpo continúa sin recibir alimento lo único que puede suceder es que, en el caso de la mujer, cese la menstruación al deteriorarse cada vez más su sistema inmunitario, y que, en cualquier caso, es decir, se trate de una mujer o de un hombre, la probabilidad de fallecer sea cada vez mayor. Según la edad, el peso, el agua que se beba... una persona puede aguantar como mucho 3 semanas sin comer antes de morir. 

Fuente:

SEMI

Redacción: Ana Ruiz

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