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Qué hacer si comes un alimento con moho

Qué hacer si comes un alimento con moho

Es habitual que salga moho en algunos alimentos si se tarda un tiempo en consumirlos, incluso aunque los tengamos bien conservados. En estos casos, debes tener en cuenta el tipo de alimento que es ya que en algunos puede retirarse la parte con moho y comerse sin problemas, pero otros es muy peligroso y hay que tirarlos enteros.

Índice

¿Qué problemas causa el moho?

Hay unos 300.000 tipos diferentes de moho. La mayoría pueden ser buenos o no para el organismo según cómo entren al mismo. Por ejemplo, uno de los más conocidos es, sin duda, el Penicillium chrysogenum, a partir del cual se creó el primer antibiótico, la penicilina. Este moho se encuentra de forma habitual en la naturaleza y en muchos alimentos y, si se ingiere, es inofensivo. Pero si hay esporas del mismo en el aire, puede causar una reacción alérgica.

Lo mismo pasa con el moho que aparece en algunos alimentos. Algunos se pueden comer, otros se puede eliminar solo el trozo afectado y otros hay que tirarlos enteros. ¿Cómo saber cuáles son peligrosos y cuáles no? Como norma general, el moho que crece en alimentos blandos no se debe comer ya que la ingesta repetida de alimentos con moho puede causar reacciones alérgicas, enfermedades graves o incluso cáncer.

Y es que el moho está compuesto por tres partes: raíces, tallo y esporas. Las esporas son las que se propagan por el aire y pueden entrar al organismo por los pulmones. Y las raíces pueden propagarse mucho más allá de lo que el ojo humano ve, por eso, si vas eliminar el moho de un alimento, debes cortar unos 2,5 cm más allá de dónde los ves para asegurarte de quitar las raíces. Pero en algunas comidas es imposible saber hasta dónde se ha extendido el moho, por eso se recomienda tirarlas enteras, por mucha pena que dé.

Además, después de manipular objetos con moho hay que lavarse bien las manos y los utensilios que se han usado ya que algunos tipos de moho pueden causar diarrea, vómitos y malestar estomacal. Y, como decíamos, la ingesta continuada de ciertos tipos de moho puede causar incluso cáncer ya que algunos producen toxinas venenosas (micotoxinas) que son sumamente cancerígenas, como la aflotoxina, la más peligrosa.

Las micotoxinas o toxinas fúngicas son sustancias producidas por varias especies de hongos, como Aspergillus, Fusarium y Penicillium, las más importantes.

Debido a su estabilidad térmica, no suelen desaparecer mediante el cocinado, por lo que su ingesta es peligrosa en cualquier caso y, como decíamos, pueden llegar a ser inductores de cáncer, provocar mutagenicidad (daño en el ADN) o problemas en el metabolismo de los estrógenos, gastrointestinales o en el riñón. También pueden debilitar nuestro sistema inmune y hacernos más propensos a las infecciones.

Solo es seguro comer aquellos quesos que se fabrican directamente con moho, como el roquefort, el queso azul, el camembert, el brie o el gorgonzola. En este caso no hay peligro de comerlos de manera continuada ya que esos mohos no son malos para la salud. Pero el moho en cualquier otro queso blando debe tirarse de inmediato.

Y, en términos muy generales y con excepciones, se considera que los mohos verdes y blancos tienden a ser inofensivos, mientras que los marrones deberían ser evitados. Ante cualquier duda, consulta a tu profesional de medicina. 

¿Qué hacer si un alimento tiene moho?

Por eso, como no es fácil saber qué tipo de alimentos son más dañinos, lo mejor es tirar el alimento completo pero, si te da pena, debes saber en qué comidas es posible quitar la parte afectada y comer el resto:

  • Salchichas: tíralas a la basura enteras. Junto al moho pueden estar creciendo bacterias dañinas para la salud.
  • Salami o jamón curado: puedes quitar la capa de moho y comer el resto. Es normal que los jamones curados desarrollen un poco de moho blanco superficial. No hace falta tirar la pata entera, basta con quitar esa capa.
  • Guisos: tíralos a la basura, aunque solo veas el moho en la superficie, es posible que se haya extendido. Los alimentos con mucha humedad tienen más posibilidades de desarrollar hongos.
  • Yogur: tíralo. Los alimentos blandos como el yogur se contaminan fácilmente y un pequeño punto de moho puede indicar que hay toxinas por todo el producto.
  • Pasta: en este caso también debes tirar todo el plato de pasta a la basura ya que, al ser húmedo, el moho puede haberse extendido.
  • Mermeladas: tíralas enteras. De nuevo, alimentos blandos y húmedos en los que los hongos proliferan y se extienden fácilmente aunque solo se vea un punto de moho. Además, los alimentos dulces son muy “apetitosos” para los mohos.
  • Frutas y verduras duras: puedes mantenerlas. Una verdura dura como la zanahoria puede ser comestible quitando el trozo estropeado, en alimentos duros el moho penetrar con mayor dificultad. Recorta 1 cm más allá del moho.
  • Frutas y verduras blandas: tíralas. Ni naranjas ni fresas, debes tirar a la basura estas frutas ya que el moho puede incluso penetrar la piel más dura de las naranjas o mandarinas y extenderse por la carne jugosa. Y aunque el moho esté solo en la superficie, seguro que, al comerla, notas que sabe a moho. Por eso hay que tirarlas.
  • Pan: tíralo. En el pan y productos horneados, sobre todo aquellos más blandos como pan de molde o magdalenas, es común que salga moho que puede extenderse más allá de lo que ves. Tíralos enteros.
  • Queso rallado: a la basura. La humedad de estos quesos es mayor y el moho puede penetrar fácilmente en todo el producto aunque nos e vea.
  • Frutos secos: a la basura también. En los cacahuetes, por ejemplo, hay muchas posibilidades de que salgan mohos con toxinas, incluida la aflotoxina, por lo que debes tirarlos.

¿Cómo evitar que salga moho en los alimentos?

No obstante, no te preocupes si piensas que has consumido algún bocado de moho sin darte cuenta ya que lo normal es que, por una vez, no ocurra nada, pero procura adoptar precauciones para evitar que salga moho en los alimentos:

- Conserva los alimentos a una temperatura adecuada según el producto y con una baja humedad.

- No dejes los alimentos cocinados más de dos horas fuera del refrigerador.

- Mantén limpios los lugares de almacenamiento, como la nevera, la alacena, los armarios...

Fuente:

Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria

Redacción: Irene García

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