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¿Qué es un facial de limpieza profunda?

¿Qué es un facial de limpieza profunda?

Un facial de limpieza profunda es vital para cuidar la salud de nuestra piel y procurar así el bienestar y la juventud. Todas nosotras queremos ver nuestra piel joven, hidratada y reluciente, pero para ello hay que seguir algunos consejos prácticos y, sobre todo, mantener una rutina diaria adecuada a la hora de cuidar nuestro rostro y conservarlo tan bien como a los veinte ????.

Índice

La realización de este facial de limpieza profunda se basa en la remoción de impurezas de la piel y también de las células muertas con el único objetivo de devolver energía y salud al rostro, aunque en realidad este facial es una rutina indispensable para mantener la higiene de la piel del rostro. Hay que recordar que, por mucho que limpiemos nuestro rostro a diario, se ensuciará cada día, pero ¿por qué? Pues bien, en primer lugar, por la suciedad y la contaminación ambiental con la que convivimos hoy. Además, el maquillaje y el estrés diario también son algunos de los factores implicados que provocan que la piel pierda vitalidad, frescura y luminosidad.

Pero ¿por qué es tan importante un facial de limpieza profunda?

Porque las glándulas sebáceas lo que hacen es producir sebo, una sustancia totalmente grasa que, a través de los orificios de los folículos pilosebáceos se deposita en la superficie de la piel. A este sebo, además, se le suman también bacterias y células muertas que van taponando estos orificios. Todo ello dará lugar a granos y a puntos negros, y blancos.

¿Con qué frecuencia deberíamos someternos a una limpieza facial?

Lo primero que cualquier mujer ha de tener claro es que la frecuencia de una limpieza facial va a depender siempre del tipo de piel que cada una tenga, aunque sí existe un mínimo, que sería una vez al año. En el caso de tener, por ejemplo, una piel normal la limpieza podrá repetirse cada tres o cuatro meses. Sin embargo, si nuestra piel es más bien madura y seca lo más recomendable será repetirla cada seis u ocho semanas.

¿Con quién la haremos? ¿Con un profesional de la estética?

Por supuesto. Antes de realizar una limpieza facial el profesional debería evaluar el tipo de piel, es decir, si es mixta, seca o más bien grasa, para ajustar un tipo de tratamiento distinto porque cada piel, recordemos, tiene unas características concretas. Una vez identificado el tipo de piel, el profesional va a comenzar a hacer la limpieza. La limpieza de cutis incluye una primera limpieza para retirar la suciedad más superficial y una exfoliación para desincrustar las impurezas que sean más profundas. Para ello, el profesional siempre deberá utilizar un método para abrir los poros y retirar los puntos negros sin dañar la piel.

¿Qué son los puntos negros?

Tal y como afirman los expertos, los puntos negros son dilataciones del folículo piloso de la piel, que se localizan sobre todo en “la zona T” de la cara, pero también en la espalda y en el tórax. Estas dilataciones, además, aseguran que se originan principalmente por la acumulación de sebo y queratina, un hecho influenciado por las hormonas. Lo que sucede, por tanto, es que al estar en contacto con la piel estas sustancias se oxidan, y de ahí su color negruzco.

Además, estos puntos negros suelen molestar y mucho a las mujeres, pero, por suerte, pueden prevenirse. En cierta medida estos se podrían reducir de tamaño y también de número con una limpieza facial apropiada y adecuada, y utilizando productos que regulen la secreción sebácea y con cierta acción queratolítica, un agente para el tratamiento de verrugas, callos y otras lesiones en las que la epidermis produce un exceso de células.

¿Qué hacer una vez abiertos los poros?

Una vez estos se han abierto y se ha eliminado la suciedad profunda es necesario cerrar los poros y cauterizarlos con el objetivo de descongestionar la piel y bajar la inflamación que se ha producido después del proceso. Tras esto, será totalmente necesario masajear el rostro y el cuello para relajar la piel. Finalmente, será necesario nutrir adecuadamente la piel, y para ello es imprescindible utilizar una mascarilla adecuada al tipo de piel que cada una tenga.

Y, recuerda, por último, la importancia de dicha limpieza y ten en cuenta también que, si no tienes todavía clara la frecuencia con la que deberías hacerte una limpieza, tendrás que prestar atención a una serie de señales que podrían estar indicándote que efectivamente necesitas un facial de limpieza profunda.

- Una piel opaca. Probablemente el primer signo que podría indicarte si realmente necesitas o no una limpieza profunda cuando notes que tu piel está opaca. La piel opaca podría estar causada por una amplia gama de variedades como la contaminación, el calor extremo, el estrés, etc. No obstante, hay que tener en cuenta que a pesar de que la piel opaca podría desaparecer con un exfoliante suave cuando ya existen células muertas es necesaria sí o sí la limpieza.

- Una piel seca o irritada. Gracias a un facial de limpieza profunda podrás restaurar y equilibrar la salud de tu piel devolviéndole la hidratación y manteniendo controladas también las irritaciones.

- Una piel grasa. Por último, otro signo determinante que podría estar indicando, sin duda, un facial de limpieza profunda es la piel grasa, es decir, que el rostro haya acumulado una cantidad de grasa excesiva debajo de la piel. Esto acarrea, por tanto, puntos blancos y negros, y también brotes de acné. Si no se lleva a cabo un facial de limpieza profunda es probable que algunos brotes conduzcan a condiciones permanentes de la piel.

Fuente:

YAN, H.; et al. Skin effect of facial cleansing: Should not be overemphasized compared with the long-term potential risk. J Cosmet Dermatol. 21. 3; 1308, 2022

Redacción: Ana Ruiz

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