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¿Por qué los hombres y las mujeres no se ponen de acuerdo con la temperatura?

¿Por qué los hombres y las mujeres no se ponen de acuerdo con la temperatura?

Durante todo el año existe una dura batalla, encubierta pero muy hostil, entre hombres y mujeres a causa de los grados a los que poner la calefacción o el aire acondicionado. Y es que las mujeres suelen ser más frioleras que los hombres, lo que significa que siempre quieren la calefacción más alta y apagar el aire acondicionado, aunque los hombres sientan que se están cociendo en su propio jugo. ¿Por qué ocurre esto? ¿Es cultural o nuestros cuerpos regulan la temperatura de manera diferente?

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Hombres y mujeres no sienten el calor igual

Aunque parezca una broma o un juego entre hombres y mujeres, lo cierto es en casi todas las oficinas del mundo hay conflictos entre hombres y mujeres a causa de la temperatura ambiente. Y es que es cierto que hombres y mujeres no sienten el calor de la misma manera. ¿Por qué?

La principal causa es la piel. La piel es el órgano más grande del cuerpo y realiza muchas funciones, entre las que se encuentran ser una barrera contra los patógenos y la radiación UV, una barrera restrictiva para retener el agua, ayudar a sintetizar la vitamina D de la luz solar para fortalecer nuestros huesos, y regular la temperatura interna del cuerpo. También es el detector primario de temperatura externa.

La piel se compone de tres capas distintas: la epidermis externa, la dermis en el medio y la hipodermis. La hipodermis es la capa más profunda y se la conoce también como la capa de grasa subcutánea. Es una capa aislante diseñada para mantenernos calientes.

Pero la piel de una persona no es igual a la de otra ni es igual en todas las partes del cuerpo. La diferencia más visible es el color de la misma, que depende de la melanina depositada. Menos visible es el grosor de la piel. Las tres capas, por ejemplo, son más gruesas en las nalgas y más delgadas en los muslos. El grosor también varía de unos sexos a otros. Así, la capa de grasa subcutánea de la mujer es casi dos veces más gruesa que la de los hombres; mientras que los hombres llevan la mayor parte de su grasa en el abdomen, alrededor de sus órganos.La reacción natural del cuerpo ante las bajas temperaturas es temblar, los músculos se contraen involuntariamente o se agitan para generar calor, algo controlado por los nervios. Hay estudios que muestran que los hombres tienen una mayor cantidad de músculo con el que generar calor en temperaturas frías, pero que también les permite generar calor mientras están en reposo. Además, los hombres también tienen una mayor tasa metabólica basal - energía gastada en reposo. Esto hace que sientan más calor que las mujeres estando sentados, en reposo, como se está en la oficina.

La grasa juega un papel importante

Podría parecer, por el contrario, que la distribución homogénea de la grasa subcutánea en las mujeres les debería hacer sentir más calor que los hombres, ya que esta grasa nos aísla del frío externo. Pero esto no es así. El hecho de tener esta capa de grasa más gruesa hace que el calor que generan los músculos al temblar tarde más en llegar hasta el exterior, donde se encuentran las terminaciones nerviosas sensibles a la temperatura. Por eso, las mujeres tardan más en calentarse que los hombres.

Asimismo, las hormonas también juegan un papel importante en la determinación de la temperatura ya que provocan un cambio más dinámico en la termorregulación en las mujeres que en los hombres debido al ciclo menstrual.

También hay claras diferencias entre las cantidades de grasa corporal en las mujeres dependiendo del origen étnico. Los individuos de la población Inuit en Groenlandia, por ejemplo, tienen un 34 por ciento de grasa corporal extra para mantener la temperatura en temperaturas que van desde -8 a 7° C durante el año.

Otros motivos por los que hombres y mujeres no experimentan el frío igual

Según un estudio realizado en la Facultad de Medicina de la Universidad de Maryland, publicado en 'JAMA', la temperatura corporal de las mujeres, en general, es más elevada que la de los hombres, lo que significa que sienten antes el frío. Asimismo, el tamaño corporal de las mujeres suele ser menor, por lo que cuentan con menos masa muscular y se enfrían antes.

El metabolismo de hombres y mujeres también es diferente. Según un artículo publicado en el 'Journal of Applied Physiology', los hombres tienen una tasa metabólica aproximadamente un 23% más alta que las mujeres, lo que significa que las mujeres generan menos calor y, como el organismo calienta del centro a las extremidades, las manos y los pies de las mujeres se quedan frías antes que las de los hombres.

Por último, los hombres suelen ir en traje, que resulta más abrigado que el vestuario femenino.

Por todo ello es normal que en la oficina las mujeres tengan frío antes que los hombres. Y como el pasar frío es muy incómodo y puede hacer que nos pongamos malos, se deben revisar las temperaturas de los termostatos de las oficinas, porque es mejor que ellos pasen calor y se quiten la chaqueta, a que ellas pasen frío y enfermen o estén a disgusto.

Fuente:

Mackowiak PA, Wasserman SS, Levine MM. A Critical Appraisal of 98.6°F, the Upper Limit of the Normal Body Temperature, and Other Legacies of Carl Reinhold August Wunderlich. JAMA. 1992;268(12):1578–1580. doi:10.1001/jama.1992.03490120092034

Resting metabolic rate is lower in women than in men. December 1993. Journal of Applied Physiology 75(6):2514-20 DOI: 10.1152/jappl.1993.75.6.2514 SourcePubMed

Redacción: Irene García

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