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Nadar en agua fría puede ayudarte a acabar con la depresión

Nadar en agua fría puede ayudarte a acabar con la depresión

¿Llevas tiempo deprimida y no consigues salir del pozo? ¿Te has cansado de la medicación y quieres dejar de tomarla, pero no quieres volver a encontrarte mal? Un nuevo estudio afirma que nadar en agua fría puede ayudar a curar la depresión.

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Tratamientos de la depresión

La depresión es la enfermedad mental más habitual actualmente y afecta a muchas personas que, de un día para otro y no siempre por un motivo concreto, comienzan a encontrarse mal, pierden las ganas de vivir, no tienen ganas de hacer nada y sucumben a pensamientos de tristeza. El tratamiento habitual para la depresión es la medicación y la terapia, aunque son muchos los estudios que afirman que un cambio en el estilo de vida y adoptar ciertos hábitos pueden ayudarnos a luchar contra esta enfermedad, como tener muchos amigos, darse baños de agua caliente de manera regular, evitar la comida basura, etc.

Ahora, un estudio realizado con una mujer de 24 años afirma que un tratamiento tan sencillo como nadar en agua fría puede ayudar a curar la depresión sin necesidad de medicamentos. El tratamiento se basa en la adaptación cruzada, un fenómeno en el que los individuos se vuelven menos sensibles a un estímulo después de estar expuestos a otro. Así, acostumbrarse al impacto de la natación en agua fría podría reducir la sensibilidad de su cuerpo a otros factores estresantes.

A medida que aumentaron las recetas de antidepresivos en los últimos años, algunos médicos y pacientes han estado buscando formas seguras y efectivas para tratar esta enfermedad sin medicamentos.

Ahora, un reciente informe de un caso publicado en el British Medical Journal describe los signos prometedores de un tratamiento no farmacológico sorprendentemente simple: la natación en agua fría.

El informe describe cómo una madre de 24 años llamada Sarah se había acercado a los médicos con un objetivo en mente: deshacerse de su depresión y los medicamentos que le habían recetado para tratarla. Esas drogas la habían metido en una especia de “niebla química” que no la dejaba llevar las riendas de su vida, y quería acabar con eso.

Bajo la supervisión del Dr. Chris van Tulleken, quien fue coautor del nuevo informe, Sarah comenzó a reducir su dosis de antidepresivos y comenzó a nadar en el agua con temperaturas cercanas a los 15º C. El Dr. van Tulleken, quien practica natación en agua fría, describió su experiencia con el tratamiento:

"Bajo el agua, siento una mezcla intensa de dolor ardiente e, incluso después de hacer esto durante años, un poco de pánico. Pero es la única vez que la angustiosa charla negativa en mi cabeza es realmente silenciada. Después de dos minutos, mi piel alcanza el mismo nivel. A medida que el agua aumenta la temperatura, empiezo a sentirme cómodo y mi respiración se vuelve más lenta. Después de nadar un poco, me siento eufórico durante horas y tranquilo durante días".

Después de cuatro meses de nadar en aguas frías, Sarah informó que sus síntomas se habían esfumado y que había dejado de tomar todos los medicamentos.

¿Cómo nadar en agua fría puede ayudar a superar la depresión?

"Una teoría es que, si se adapta al agua fría, también contamina su respuesta al estrés frente a otras tensiones diarias como la ira en la carretera, los exámenes o el despido en el trabajo", explicó van Tulleken.

Esta teoría se basa en una idea llamada adaptación cruzada, que se define como la pérdida temporal de sensibilidad a un estímulo tras la exposición a un estímulo diferente. En otras palabras, la adaptación cruzada te permite armarte contra un tipo de estresante al someterte a otro.

Pero hasta que no se realicen más investigaciones, sigue sin estar claro por qué exactamente nadar en aguas frías parece combatir la depresión y también si los efectos obtenidos de la adaptación cruzada podrían durar a largo plazo.

La depresión es una de las principales causas de discapacidad en los EE UU, causando una pérdida de productividad estimada en $ 210 mil millones cada año. En la actualidad, alrededor del 13% de los estadounidenses toma antidepresivos, muchos de los cuales podrían estar interesados ​​en un tratamiento eficaz y no farmacológico para la enfermedad.

¿Cómo nadar en agua fría de forma segura?

Aunque puede ser bueno para la depresión, nadar en agua fría debe hacerse de manera segura, ya que conlleva muchos riesgos, como una hipotermia que puede conducir a la muerte.

Nadar en aguas frías puede ser peligrosa porque los cambios drásticos de temperatura pueden provocar aumentos rápidos en la respiración y el ritmo cardíaco. Para hacerlo de forma segura, debes seguir estos consejos y, siempre, consultar a tu médico si es posible en tu caso o no según sea tu estado de salud general y posibles afecciones:

- Aclimátate

A medida que la temperatura desciende, sigue nadando y tu cuerpo se acostumbrará al frío.

- Estate seguro

Nunca nades solo y elige zonas que no sean peligrosas, ya que muchas partes de ríos, lagos o incluso del mar pueden ser peligrosas. Nade solo donde sea seguro y asegúrate de poder entrar y salir sin problemas y rápidamente.

- Usa un kit especial

Debes ponerte gorro de natación para ayudar a preservar el calor corporal. También puedes usar guantes de neopreno, botines, un pasamontañas o un traje de neopreno, con lo que te sientas más cómodo.

- No bucees

No bucees ni saltes a menos que estés acostumbrado al agua fría. El agua fría puede causar jadeo y un choque en el organismo que puede ser peligroso.

- Conoce tus límites

A medida que la temperatura desciende, disminuye la cantidad de tiempo que pasas en el agua. En invierno, los nadadores a menudo solo nadan durante uno o dos minutos cada vez.

- Caliéntate lentamente

No te des una ducha de agua caliente nada más salir ya que puede ser peligroso. En lugar de eso, abrígate bien, envuélvete en una manta y toma una bebida caliente.

Fuente:

van Tulleken C, Tipton M, Massey H, et al Open water swimming as a treatment for major depressive disorder Case Reports 2018;2018:bcr-2018-225007.

 

Redacción: Irene García

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