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Mujeres inventoras en la historia

Mujeres inventoras en la historia

En la historia siempre se han recalcado los inventos de muchos hombres. Sin embargo, hay mujeres que han sido responsables de la creación de muchos de los proyectos que hoy son claves para nuestra vida cotidiana, como el wifi, el filtro de café o el lavavajillas. Además, cabe destacar que muchas de ellas, para registrar una marca o patente, debían recurrir al nombre de sus maridos o hermanos.

Índice

Curie y Gilbreth

Para comenzar, seguro que todos tenéis constancia de quién es Marie Curie. Es la científica más destacada de todos los tiempos, fue la primera mujer en ganar un Premio Nobel y la primera persona en ganar dos Premios Nobel en dos ciencias diferentes, Física (1903) y Química (1911). Sus descubrimientos fueron el polonio y el radio y, aparte, también creó los primeros centros radiológicos y unidades móviles de rayos x. No obstante, no lo tuvo fácil para llegar a sus metas. Tuvo que acceder a una escuela superior clandestina que aceptaba mujeres para continuar sus estudios.

La ingeniera industrial Lillian Moller Gilbreth fue una de las primeras mujeres en obtener un doctorado y la primera elegida para la Academia Nacional de Ingeniería de los Estados Unidos. Fue la creadora del cubo de basura de pedal y los estantes de la nevera. Hay que decir que Lillian tuvo 12 hijos, lo que pudo influir en tener una visión para descifrar que es lo se necesitaba en un hogar.

    Lamarr y Kwolek

    Seguramente muchas de vosotras relacionéis el nombre de Hedy Lamarr con un icono del séptimo arte, pero lo cierto es que también fue una gran inventora. Gracias a su sistema de comunicaciones secretas creado para la Segunda Guerra Mundial a partir de la conmutación de frecuencia, se han podido desarrollar dispositivos de comunicación sin cables, como el wifi, el bluetooth y el GPS.

    La química Stephanie Kwolek, por su parte, inventó el kevlar –fibra fuerte, delgada y versátil–. Con este material se hacen los chalecos antibalas y los cascos militares porque es hasta cinco veces más resistente que el acero.

    Coston y Handler

    Martha Coston participó directamente en la Guerra Civil norteamericana. Viuda desde los 21 años del joven inventor Benjamin Coston, se quedó sola con sus cuatro hijos y, de su desesperación nació su invento más conocido y relevante: un sistema “inalámbrico” de señales marítimas que ayudaría al Norte a ganar la guerra. La idea la tomó de las viejas notas de su marido. Tras algunas mejoras, Martha vendió su invento a todo tipo de empresas marítimas alrededor del mundo.

    Ruth Handler es la inventora de la muñeca más famosa de todos los tiempos: la muñeca Barbie. Después de que su marido decorara su casa con muebles de novedosos materiales plásticos como eran el plexiglás y el polimetilmetacrilato, Ruth le sugirió convertir esa idea en un negocio y así nació la empresa Mattel. Tras una viaje por Europa con sus hijos, Barbara y Ken, vio en una tienda unas muñecas diferentes que le dieron la idea para crear a la muñeca Barbie, que convirtió a la empresa Mattel en una de las más famosas del mundo.

    Anderson y Henry

    Mary Anderson tenía muchos intereses y, en un viaje a Nueva York en 1902, la joven decidió utilizar el transporte público. Durante el viaje, el tranvía tuvo que parar en varias ocasiones para poder despejar la nieve de las ventanillas. Al regresar a casa, contrató a un diseñador que creó un dispositivo de accionamiento manual para mantener un parabrisas limpio, inventadno así el limpiaparabrisas. El invento de Mary se cruzó en el camino de Henry Ford, que lo incorporó a sus coches Ford T.

    Beulah Louise Henry es una inventora muy prolífica, por eso se la conoce como Lay Edison. Se le atribuyen unos 115 inventos, de los cuales los más famosos son la heladera, las esponjas de jabón para niños, la primera máquina de coser sin bobina, una máquina de escribir capaz de escribir en cuatro documentos, etc.

    Bentz y Cochrane

    Melitta Bentz tiene una historia sorprendente detrás. Trabajaba de ama de casa cuando comenzó a probar diferentes formas de hacer el café. Hay que decir que a comienzos del siglo XX, el método habitual para preparar café era colocar los granos en un saco y meternos en agua hirviendo. Es decir, su sabor no era muy agradable.

    Como resultado, Bentz desarrolló un nuevo método. Colocó un papel grueso sobre una olla con agujeros y logró obtener una bebida de café mejor filtrado y con un sabor delicioso. Patentó su invento en 1908 y a partir de ahí, creó su empresa que sigue estando vigente en la actualidad. Además, a sus empleados los tenía en excelentes condiciones: les pagaba las horas extras, les daba vacaciones y no les hacía trabajar los fines de semana.

    Por último, a Josephine Cochrane le tenemos que agradecer el invento del lavavajillas que a más de uno nos ha salvado de un apuro cuando nos toca a enfrentarnos a montañas de platos de comida tras una celebración o si formas parte de una familia numerosa.

    El invento surgió gracias a que a Cochrane le encantaba dar numerosas cenas en su casa y consideraba que la tarea de fregar platos le llevaba mucho tiempo a su servicio y que no trataban la vajilla de la forma adecuada. Por esta razón, creó su propio lavavajillas, una máquina de tracción manual. Ganó el premio a la “mejor construcción mecánica” en la Exposición Universal de Chicago de 1893.

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