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Mujeres espía en la historia

Mujeres espía en la historia

Seguramente desconoceréis que el espionaje es una de las muchas profesiones en la que las mujeres han sido visibles y han demostrado ser mejores que el género masculino debido a la valentía demostrada durante el espionaje a sus enemigos en épocas hostiles.

Índice

Las primeras espías

El papel relegado de la mujer durante siglos ha hecho que pocas hayan sido las mujeres que han tenido un papel relevante en la historia, ya fuera como guerreras, líderes o espías. No obstante, se pueden encontrar algunos ejemplos, aunque fue durante la II Guerra Mundial cuando adquirieron mayor relevancia.

Con la llegada de la Segunda Guerra Mundial las mujeres dejaron claro su valía para el espionaje plantando cara a la creencia de que eran inocentes y su inteligencia era escasa. Además, algunas de ellas fueron condecoradas por haber servido durante esta contienda.

Por el contrario, durante la Primera Guerra Mundial, el papel de la mujer no tuvo demasiada importancia. Los jefes de los servicios de espionaje sólo requerían el servicio de la mujer cuando la misión incluía utilizar las armas de seducción. Pensaban que no sabían que para ser una buena espía habría que pasar desapercibida, saber mentir y no parecer sospechosa.

Las 5 mujeres espías más emblemáticas

1. Mochizuki Chiyome (Lady Chiyome). Esta mujer es conocida por ser la madre del espionaje a pesar de que las espías tomaron auge en el siglo XX. Vivió durante el siglo XVI y se dedicaba a entrenar y a preparar a mujeres espía. Para ello, fundó un orfanato para ayudar a niñas huérfanas a aprender la educación esencial y a instruirse en los diferentes métodos para conseguir información confidencial. Algunas también decidían formarse en artes marciales.

2. Virginia Hall. La norteamericana trabajó para el SOE (Special Operations Executive) británico llegando a ser la primera espía aliada en Francia durante la Segunda Guerra Mundial. Según la policía nazi –Gestapo– era “la más peligrosa de las espías aliadas” y nunca consiguieron capturarla. Asimismo, hay que destacar que una de sus piernas era artificial debido a un accidente de tráfico que sufrió años antes de la guerra.

3. Nadezhda Plevítskaia. Tuvo sus comienzos como cantante callejera en la ciudad de Kursk. Poco después, fue descubierta por un cantante de ópera y ambos viajaron a San Petersburgo, lugar donde se convirtió en leyenda y cautivó con su voz al zar Nicolás II. Durante la década de los 30 se mudó a París y fue alistada por el Directorio Político Unificado del Estado Soviético (OGPU) para confiarle la tarea de conseguir información de los círculos en los que se rodeaban los emigrantes rusos del extranjero. En cambio, en este caso sí que fueron capturados. La Unión Militar Rusa los descubrió y fueron mandado a prisión en el año 1937.

4. Marina Vega de la Iglesia es una espía española que sirvió al servicio secreto francés durante la Segunda Guerra Mundial. Su labor fue de admirar, arriesgó su vida viajando entre Francia y España para transportar dinero, documentos y personas –judíos en su mayor parte–.

5. Mata Hari es, muy probablemente, la espía más famosa de la historia. Aparte del mundo del espionaje, también mostraba sus aptitudes en el artístico en lo que a danza y cine se refiere. Era de nacionalidad alemana y fue reclutada por su país para recopilar información de inteligencia. Sin embargo, fue capturada por Francia y le ordenaron realizar una misión en España. El problema radicó en que seguía trabajando para Alemania y, por este motivo, la condenaron a morir fusilada.

6. Margarita Konenkova. Fue una espía rusa durante el régimen de Stalin. Konenkova viajó junto con su esposo, el escultor Sergei Konenkova, a Estados Unidos en 1922. Años después él fue comisionado para hacer un busto de Einstein para la Universidad de Princeton. Así conoció Konenkova al científico, con quien tuvo un romance para investigar sus avances en el Proyecto Manhattan, nombre dado al proyecto que desarrollaba la bomba atómica. Sin embargo, no alcanzó su propósito.

7. Josephine Baker. Nació en Saint Louis, Misuri, en 1906. Desde muy pequeña se dedicó al baile y a los 16 años probó su suerte en Broadway, donde comenzó tener éxito. Su talento la llevó a Francia, donde saltó a la fama. Se casó con el empresario millonario Jean Lion, con lo que obtuvo la ciudadanía francesa. Al estallar la Segunda Guerra Mundial, la Deuxième Bureau, una organización de inteligencia militar, la reclutó como agente encubierto, pues su trabajo le permitía viajar por muchos países y establecer relaciones con personas de diferentes nacionalidades. Así consiguió información valiosa para los aliados de alemanes, japoneses o italianos. Tuvo tanto éxito que fue condecorada con la Croix de Guerre, una de las órdenes más prestigiosas de Francia, y con la Medalla de la Resistencia.

8. Adriana Rivas González. De origen chileno, estudiaba secretariado cuando estalló el golpe de estado de Augusto Pinochet. Fue reclutada por el Ministerio de Defensa para traducir los mensajes entre bandos comunistas. Se inscribió en un curso de inteligencia en el Gobierno, específicamente en la Dirección Nacional de Inteligencia (DINA), donde recibió entrenamiento en tiro al blanco, defensa personal e incluso actuación.Tras la caída de Pinochet, Rivas fue acusada por ser una de las agentes más crueles y despiadadas por torturar a todos aquellos que caían en manos de la DINA.

9. Amy Elizabeth Thorpe, de origen estadounidense, tuvo un matrimonio fallido y dos hijos antes de que uno de sus amantes la metiera en el espionaje británico a través del British Security Coordination. Con el seudónimo de Cynthia espió las embajadas alemana, japonesa e italiana. Sus amantes incluyeron desde oficiales, ministros, embajadores y hasta condes. Gracias a ella, se obtuvo la información para descifrar la clave de la máquina encriptadora germana conocida como “Enigma”. Su jefe en el M16, el servicio de inteligencia británica, inspiró a Fleming para crear a James Bond.

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