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Las mujeres y el vino

Las mujeres y el vino

Un mundo tradicionalmente de hombres hasta hace unos años, cada vez son más las mujeres que se dedican al mundo del vino o que se interesan por él y, al contrario de lo que mucha gente piensa, su vino favorito no es el rosado.

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Interrupción de las mujeres en el mundo vinícola

El sector vinícola ha experimentado una gran metamorfosis en la última década en todos los aspectos, incluida la presencia de las mujeres en el mismo. Hoy, ellas tienen mucho más peso tanto como consumidoras como profesionales del vino.

Y es que, hasta estos últimos años, la presencia de las mujeres en este mundo siempre fue muy limitada. Si echamos la vista atrás, podemos encontrar solo dos nombres que hicieron historia: Nicole Barbe Ponsardín, la viuda de Clicquot, la cual, a la muerte de su marido, forjó la marca comercial de champagne más importante de la historia: viuda de Clicquot; y Jeanne Alexandrine Pommery, impulsora del consumo de los champagnes brut (sin azúcares añadidos) para no desvirtuar su sabor.

Pero la situación ha cambiado drásticamente en los últimos 20 años. Esto ha hecho que hayan surgido multitud de catas solo para mujeres, vinos hechos por mujeres, premios del sector concedidos cada vez a más mujeres, y que se acaben con ciertos falsos mitos como que a las mujeres solo les gusta el vino rosado, considerado hasta hace unos años como un “vino para mujeres”.

En el mundo de las enólogas en España, por ejemplo, se inició hace unos 20 años un movimiento en Galicia que se ha extendido por España y ha permitido que surjan muchas mujeres dedicadas a la enología. Algunas de las precursoras fueron Ana Isabel Quintela en Pazo de Señorans, Cristina Mantilla en Bodegas Condasat e Isabel Salgado en Fillaboa. 

También en el mundo de la sumillería, donde hasta hace 15 años era muy complicado encontrar una mujer, actualmente son muchas mujeres las que gestionan la bodega de los restaurantes y aconsejan a los clientes. 

Tonterías y machismos que recientes encuestas tumban con datos como que las mujeres españolas prefieren el vino tinto. Así lo refleja al menos una encuesta realizada por AMAVI (Asociación para Mujeres Amantes del Vino) que indica que las mujeres prefieren mayoritariamente el vino tinto (46%), frente a un 28% que opta por el blanco, el 12% espumoso, el 6% el rosado, el 5% el vino dulce y el 3% el generoso. Otro estudio realizado por OEMV (Observatorio Español del Mercado del Vino) eleva estos datos a 6 de cada 10 mujeres que se decantan por el vino tinto.

Y es que hasta hace unos años era frecuente oír que el paladar de las mujeres se decantaba por vinos espumosos y dulces, incluso había vinos para mujeres. Pero encuestas como esta reflejan que eso no es totalmente cierto. Asimismo, el informe refleja que el 78% de mujeres se encarga de comprar su propio vino y que un 59% lo consume una o dos veces por semana. Si hablamos de Denominaciones de Origen, la preferida es Ribera del Duero, seguida de Rioja y Rueda.

A las mujeres también les gusta el vino

Las mujeres quieren saber lo que beben y son cada vez más independientes, por lo que no necesitan un hombre al lado que les diga qué vino es bueno o cuál deben elegir para la carne. Por eso, cada vez más mujeres se forman en este tema, piden con criterio en los restaurantes y disfrutan del vino.

Asimismo, el estudio antes citado de OEMV resalta que, a la hora de probar algo nuevo, las mujeres son más propensas a elegir un vino en base a su etiqueta, o por recomendación de un conocido. Además, muestra más interés en productos orgánicos o sustentables.

En cuanto a las edades, aunque todavía hay más consumidores frecuentes entre los baby boomers, esa brecha generacional se está cerrando rápidamente y en breve los millennials serán los mayores consumidores de vino.

Y es que el mundo del vino no deja de ser un reflejo de la sociedad, por lo que el futuro del mundo del vino es también de mujeres. 

Como decíamos, no solo a nivel del consumidor la presencia de las mujeres se ha incrementado y modernizado, también en el sector profesional. En las bodegas de Rueda, por ejemplo, la mayoría de los enólogos son mujeres. También podemos hablar de las bodegas Mouton Rotchild o Chateau Margaux, lideradas por mujeres. Y lo mismo pasa con los sumilleres; en Madrid hace 20 años solo había un sumiller, ahora no es raro encontrar esta presencia femenina en los restaurantes.

Incluso hay expertos que afirman que la mujer es mejor en este campo ya que tiene mayor sensibilidad y es capaz de captar muchos más matices en el vino que un hombre.

El mundo del vino ya no entiende de estereotipos ni de sexos.

Fuente:

Asociación para Mujeres Amantes del Vino

Redacción: Irene García

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