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¿Cómo se deben agarrar las copas?

¿Cómo se deben agarrar las copas?

No podemos negar que, sobre todo en las bodas, nos hemos preguntado alguna vez cómo se deben agarrar las copas. Cuando vemos a los invitados que nos han tocado enfrente por decisión del novio y la novia, nos damos cuenta de que dependiendo de qué copa sea se sostienen de una u otra manera.

Índice

¿Cómo se deben coger las copas?

Podría ser una copa de vino blanco, pero también una copa de champán o un simple vaso o jarra. Eso sí, cada uno de ellos se sostiene de una forma completamente distinta. Aunque lo que está claro es que independientemente de la copa o el vaso que sea, lo primero que debemos hacer es limpiarnos los labios con una servilleta para no dejar ninguna marca en el borde de la copa, ¡y mucho más si llevamos pintalabios!

Y al igual que lo más conveniente es limpiarse los labios antes de beber para no dejar marca ni ensuciar la copa, hay que hacer lo mismo con las manos ya que si estas están sucias o tienen restos de comida ensuciaremos la copa al igual que si de los labios se tratase. No hace falta decir que resulta muy poco estético ver la copa de alguien o la nuestra propia sucia o llena de marcas de pintalabios pues le da un aspecto a la copa de absoluta suciedad.

La mayoría de las copas deben sujetarse por su tallo, y no por su pie ni por la parte más ancha, conocida también como cáliz. El tallo es la parte es la más larga y fina de la copa; y la parte del pie la deben utilizar solamente los expertos catadores. Por su parte, el cáliz hace referencia a la parte más ancha donde está el líquido vertido. En algunas ocasiones, como, por ejemplo, cuando una mujer bebe en copa de coñac o brandy, es cuando la mujer debe sostener la copa por la parte más ancha para templar y mantener tibio el contenido que tomaremos al inclinar la copa. No se debe sorber la copa de forma sonora, aunque si se puede sorber el líquido de la copa, pero sin hacer nada de ruido.

Además, también hemos de tener en cuenta que cada copa tiene su función, y por eso lo ideal es que, si queremos tomar una determinada bebida, pero no tenemos la copa adecuada, habrá que pedirla en el lugar en el que estemos. ¿Por qué? Pues bien, no resultaría muy correcto beber vino en una copa de champán o cava en un vaso de agua. Bien estemos en una boda o en un restaurante lo ideal es que le solicitemos la copa que necesitamos al camarero más cercano en ese momento.

¿Y si no es una copa?

En el caso de jarras o vasos, la cosa cambia un poco y, de hecho, según como agarremos los vasos, nuestra personalidad puede mostrar diferentes rasgos de nuestra personalidad. Los vasos se pueden agarrar con las dos manos, cerca del pico del vaso, lejos del pico o levantando el meñique. En el primer caso, es decir, si sostenemos el vaso con las dos manos es que de manera inconsciente estamos tomando una pose de autodefensa y tenemos una personalidad típica de personas tímidas o pasivas, que intentan levantar paredes contra otras personas. Es por ello por lo que nos cuesta entablar nuevas amistades.

En el segundo caso, si agarramos nuestro vaso cerca del pico es que tenemos una propia visión del mundo a la que nos aferramos, nos encanta y a veces nos perdemos en él. Poseemos un gran sentido de la estética y somos algo narcisistas. Nos escondemos en el mundo de la fantasía y nos gusta soñar despiertos.

Pero si agarramos nuestro vaso lejos del pico somos personas independientes, no nos dejamos influenciar por otras personas con facilidad, somos personas muy estables y seguras de sí mismas, pero también somos algo obstinadas y caprichosas. Solemos ser “el alma de la fiesta” y no tenemos problemas para comunicarnos con la gente.

Finalmente, si somos de las que levantamos el meñique es que cuidamos sobre todo de nosotras mismas y nos gusta estar en el centro de atención. Necesitamos que la gente nos note porque acompañadas estamos felices. Sin embargo, necesitamos muy poquito para sentirnos solitarias. Normalmente nos ponemos una máscara de orgullo escondiendo en realidad nuestra verdadera personalidad.

La forma en que agarras las copas dice mucho de ti

Además, según el psicólogo Glenn Wilson la forma en la que las personas agarramos nuestras copas y vasos puede catalogarnos en diferentes personalidades bien definidas. Este psicólogo decidió analizar a 500 personas que bebían de sus vasos y descubrió diferentes rasgos de la personalidad. Así es, según este psicólogo, nuestra actitud ante el vaso puede revelar algunos de nuestros rasgos sociales, como, por ejemplo, una mayor o menor empatía.

En primer lugar, tenemos al seductor. Generalmente, según Wilson, se trata de la mujer que coge la copa delicada y provocativamente, pasando el dedo de la mano por el borde y que al mismo tiempo trata de establecer contacto visual con su mirada. En segundo lugar, al cotilla, que según Wilson se da cuando una mujer durante una reunión social sostiene su copa utilizándola como una extensión más de su mano sin parar de gesticular durante la conversación y que suele incluir a personas que no están presentes en esos momentos. En tercer lugar, al divertido. En este caso puede tratarse de una mujer, pero también de un hombre. El divertido (o divertida) es ese tipo de persona resuelta y sociable que sujeta el vaso con levedad, de forma intranscendente para beber pequeños tragos y no perderse el hilo de la conversación. En cuarto lugar, tenemos al tímido, el tipo de persona que sostiene el vaso de forma protectora y férrea como si alguien se lo fuera a arrebatar. Suelen ser personas tímidas que beben poco y que no terminan lo que están bebiendo.

El impenetrable, un tipo de personalidad fría, y como su propio nombre indica, impenetrable. Lo que hacen es situar los brazos de forma que la copa o el vaso quede situado en una posición centrada, “una especie de barrera contra los extraños”. El propio psicólogo asegura que acercarse a este tipo de personas es una pérdida de tiempo ya que resulta bastante complicado establecer contacto con ellas.

El “latín lover” bebe en vaso largo o en botella como si estos fueran una gran extensión de su poder de seducción. Son posesivos y utilizan el lenguaje corporal con fluidez; el hortera que suele beber cerveza, mostrarse seguro y bastante arrogante. Con sus gestos, además, marca su territorio y ocupa el máximo espacio posible situando el vaso lo más lejos posible de sí mismo. Y en último lugar, el tirano. Según Wilson, el tirano suele ser normalmente un hombre que también bebe en vaso largo o en botella al igual que el “latín lover”, pero que es hostil y rudo. Sostiene el vaso con fuerza, pero de manera muy poco elegante.

Y sin duda, lo que está claro es que sea una jarra, una copa, un vaso o una botella, ninguno de ellos es un instrumento musical por lo que no se deben utilizar para ningún otro fin distinto al de beber. Y, por supuesto, si algo cayese en el interior lo mejor es que nos lo retiren y nos lo cambien por otro. No hay que coger nada ni con los dedos ni con un cubierto de dentro de ella porque suele considerarse una conducta bastante inapropiada.

Finalmente, es importante tener en cuenta otros detalles tanto cuando bebemos como cuando comemos y es que no deben compartir ni los cubiertos ni las copas con otras personas. Es inadecuado, al igual que verter el líquido de una copa a otra. Asimismo, se debería cambiar de copa, y si no es posible enjuagarla con agua para que no quede ningún resto de la anterior bebida.

Y recuerda que, tras dejar de beber también hay que limpiarse con la servilleta. Toda copa debe permanecer siempre limpia y transparente.

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