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Cómo mantener los dientes blancos

Cómo mantener los dientes blancos

Los dientes son una parte muy importante de nosotros mismos. Son la puerta de nuestra comunicación y nuestras sonrisas más sinceras… por eso queremos mantenerlos blancos y sanos. Cuando adquieren ese color amarillento suele ser por las alteraciones en la estructura del esmalte producidas desde la formación del diente. En algunas ocasiones se produce por la ingesta de medicamentos, como las tetraciclinas, por parte de la madre durante el embarazo o el niño cuando es pequeño, lo que hace que los dientes erupcionen con colores que van desde los marrones, naranjas o grises. Aun así, lo más común es que los dientes experimenten cambios en su color por la presencia de caries, placa bacteriana o sarro.

Índice

Tonos de blanco de los dientes

A todos nos gustaría tener los dientes blanquísimos, pero realmente el tono natural de los dientes no es totalmente blanco. 

Existen cuatro rangos diferentes para el color de los dientes: los A (marrón rojizo), B (amarillo rojizo), C (gris) y D (gris rojizo). Cada rango dispone de niveles diferentes de claridad y oscuridad.

Alrededor del 70% de la población tiene un color de placa dental que se encuentra en rangos de blanco promedio (denominados como A3).

Los dientes van manchándose por hábitos como el café, el alcohol, el tabaquismo, no lavarse bien los dientes o hacerlo con mucha fuerza... Por eso, a medida que pasan los años es más habitual tener los dientes menos blancos. 

El bicarbonato de sodio

Este método puede resultar un mito urbano, pero muchos dentífricos lo incorporan en sus ingredientes. Si lo usas combinado con un cepillado meticuloso, conseguirás borrar ciertas manchas de tus dientes. Puedes encontrarlo en la farmacia y es uno de los remedios naturales más eficaces para blanquear los dientes. Gracias a sus partículas finas, sirve como un exfoliante para eliminar la suciedad de los dientes. Pero cuidado: no lo uses con pasta de dientes porque el efecto puede ser corrosivo. Para utilizarlo puedes lavarte los dientes como de costumbre y cuando termine enjuagarte con agua limpia.

Limón

La acidez del limón puede ser perfecta para devolver el blanco a dientes amarillentos. Además, gracias a la acidez es efectivo contra el mal aliento y el sarro. La vitamina C del limón también fortalecerá y limpiará tus encías. El truco está en lavarte los dientes con un poco de limón recién exprimido, cepillarte suavemente con el jugo y después enjaguarte con agua limpia. Puedes repetir el proceso como máximo dos veces por semana, porque esa misma acidez puede resultar muy mala en exceso y puede dañar el esmalte de los dientes. Puedes combinar los beneficios de los dos –el bicarbonato y el limón– para ofrecer una mayor blancura a tus dientes: mezcla 75 g de bicarbonato de sodio con el zumo de 1/2 limón y aplícalo con delicadeza.

Pasta blanqueadora

Las miles de opciones de dentífricos de la farmacia o supermercado pueden servirnos para blanquear los dientes si sabemos elegir el adecuado. Todos los dentífricos con efecto blanqueante ayudan a quitar las manchas porque contienen componentes abrasivos. Algunas, además, contienen productos químicos que ayudan a abrillantar el diente. Estos productos suelen contener entre un 1% y un 1,5% de peróxido de hidrógeno, que ayuda a conseguir el blanco deseado. Pero no hay que ser ingenuos: esta cantidad es suficiente para limpiar las manchas superficiales del esmalte, pero no sirve de nada contra la suciedad que se va acumulando en el interior de los dientes, por lo que deberemos vigilar y usar más métodos para conseguir la higiene recomendada.

También podemos optar por fabricar nuestra pasta de dientes ‘do it yourself’ y utilizar arcilla verde o bicarbonato de sodio con algunas gotitas de aceite esencial de limón o mandarina para cepillarnos los dientes. Luego puedes enjuagarte con una infusión de menta… ¡Y voila! Dientes brillantes y blancos.

Geles y tiras blanqueadoras

Los geles y tiras blanqueadoras que se pueden encontrar en cualquier farmacia son más potentes que los dentífricos (y también más caros). Su concentración de peróxido de hidrógeno está entre el 6% y el 10%. Su efecto es más potente pero si la suciedad es más profunda, no logrará eliminarla.

Los geles –basados en un componente químico llamado peróxido– se aplican con un pequeño cepillo directamente en los dientes. Las instrucciones generalmente recomiendan aplicarlo dos veces al día durante 14 días. Los resultados iniciales se ven a los pocos días y el resultado dura unos 4 meses.  Con las tiras blanqueadoras se consigue un efecto parecido. Son muy finas, casi invisibles, cubiertas también de gel blanqueante a base de peróxido. Se aplican 2 veces al día durante 30 minutos y durante 14 días.

Otros consejos para tener tus dientes más blancos

1- Cuida tu higiene bucodental y límpiate los dientes después de cada comida con un buen cepillo de dientes que se debe cambiar cada 2 meses y un dentífrico adecuado. Usa hilo dental y un enjuague bucal para eliminar los restos de bacterias. 

2- Evita aquellos alimentos que manchan más tus dientes como el café, el té, los vinos, los cítricos, las frambuesas, la remolacha, el kétchup... Si los consumes, lávate los dientes nada más acabar.

3- Añade a tu dieta alimentos blanqueadores como el brócoli, la coliflor, las manzanas, las fresas, los lácteos o el apio.

4- Evita cepillarte con fuerza ya que puedes dañar tu esmalte dental. 

5- Mantén limpia también tu lengua con raspadores. 

6- Cuida tu ortodoncia y límpiala bien.

Blanqueamiento dental profesional

Esta es la opción más cara pero también más eficaz: acudir a un dentista para que nos realice un tratamiento odontológico que mejore el aspecto y el color de nuestros dientes. Prácticamente todas las clínicas dentales ofrecen tratamientos estéticos para blanquear los dientes y existen varios métodos principales que suelen combinarse:

- Blanqueamiento dental con luz fría o fotoactivación. Se trata de un tratamiento en consulta en el que el dentista aplica en los dientes peróxido de hidrógeno o peróxido de carbamida a una concentración de hasta el 35%, aplicando después luz fría para fortalecer su efecto.

- Blanqueamiento dental en casa. Este tratamiento se suele aplicar antes o después de la sesión de luz fría. El dentista realiza un molde de la dentadura del cliente y fabrica unas fundas creadas a medida en las que se aplica el mismo producto blanqueador durante dos semanas.

- Blanqueamiento dental mixto. Este tratamiento combina las técnicas de fotoactivación y tratamiento en casa. En clínica se aplica la tecnología avanzada que se refuerza con el tratamiento que el cliente tiene que realizar en casa compuesto por un gel recuperador dental y un gel blanqueador.

- Blanqueamiento interno. El blanqueamiento interno está indicado para los dientes que se han oscurecido tras una endodoncia –que mata el nervio– y su objetivo es devolver la tonalidad a un diente en concreto respecto a la totalidad. Sólo se puede hacer en dientes desvitalizados y se realiza en varias sesiones en la clínica con un procedimiento indoloro que no necesita anestesia.

Pero no debemos olvidar que lo mejor para mantener los dientes blancos es generar hábitos que favorezcan la higiene y la salud dental. Por ejemplo, acciones como lavarse los dientes después de tomar un café, un té, fumar tabaco… pueden ayudarnos a mantener nuestros dientes blancos. Cada acción puede ayudar a mantener los dientes sanos y protegidos ante la suciedad.

Si tienes dudas, consulta a un profesional de odontología.

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