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Cómo actuar ante gente envidiosa

Cómo actuar ante gente envidiosa

La envidia es el sentimiento de tristeza o estado mental en el que existe dolor o desdicha por no poseer lo que tiene el otro. La Real Academia Española define la envidia como: la tristeza o pesar del bien ajeno y como la emulación, el deseo de algo que no se posee.

Índice

¿Cómo saber si alguien es envidioso?

Este sentimiento nace normalmente en la etapa de la infancia, cuando interactúan los individuos y los sentimientos. De hecho, es una de las primeras manifestaciones que se da cuando comenzamos a socializar y compartir. “Quiero el juguete de Paula”, “La casa de Alba es más grande”, son algunos ejemplos en los que podemos interpretar cierta envidia que aparece innata desde que somos pequeños.

A medida que vamos cumpliendo años, la envidia puede disminuir o aumentar. Algunas personas se dan cuenta de que cada uno tiene lo que tiene pero que lo importante es valorarlo, sea lo que sea que tengamos, sin embargo, otras no saben aceptarlo. Muchas veces es difícil darse cuenta, pero existe mucha envidia a nuestro alrededor. Por suerte, hay algunas cualidades muy significativas que pueden indicar si, por ejemplo, nuestra amiga es una persona envidiosa:

1. Estropea nuestra ilusión. Ocurre algo maravilloso en nuestra vida y lo único que hace nuestra amiga es quitarle importancia o menospreciarlo. Esta es una actitud habitual que adopta la persona envidiosa.

2. Nos critica en público. Quizás sea uno de los rasgos más significativos de una persona envidiosa. Menospreciarnos o hacer comentarios negativos sobre nosotras delante de otras personas. Esto es algo muy habitual en las personas que nos envidian.

3. Nos desanima constantemente. La amiga envidiosa que tenemos a nuestro lado carece de todo lo que se supone que debe gozar una amistad, “empatía, apoyo y cuidado mutuo”. La persona envidiosa siempre tendrá algún “pero” delante de cada frase que acabará quitándonos la ilusión, pero también las ganas de contarle nuestras cosas.

4. Nos roba el mérito. En ocasiones, cuando nuestra amiga decide ayudarnos con algo probablemente lo haga simplemente para decir delante del resto de personas que “sin su ayuda eso no hubiera sido posible”.

5. Promete ayudarnos. Nuestra amiga promete estar siempre a nuestro lado, apoyándonos en todo lo que necesitemos. Sin embargo, cuando realmente pasa, desaparece con alguna excusa y aunque nos lo haya prometido dará absolutamente igual. No nos ayudará porque sentirá envidia de que algo vaya a hacernos muy feliz.

6. Celebra nuestras alegrías de manera forzada. Sucede cuando le contamos una noticia increíble a nuestra amiga, pero al escucharlo, su sonrisa es poco natural y forzada. Está fingiendo y somos conscientes de ello. Sin embargo, ella sonríe y aparenta estar contenta por nosotras para intentar que su envidia pase inadvertida.

7. Desaparece cuando todo nos va bien. “Estamos en racha, sí”. Todo nos va genial y estamos muy felices, pero de repente nuestra amiga desaparece sin avisar. Cuando todo nos va bien no quiere saberlo, porque nuestra felicidad le recuerda más las frustraciones que hay en su vida y en vez de poner fin a esa situación que no le hace feliz, desaparece y se aleja de nuestro lado.

¿Cómo alejarse de los envidiosos?

Una vez hemos analizado y deducido que, por ejemplo, es nuestra amiga quien cumple a rajatabla estos requisitos, debemos tomar nota de algunos consejos que nos resultarán fundamentales para tratar con ella y, sin duda, con cualquier persona envidiosa que conozcamos a lo largo de nuestra vida.

Es cierto que escuchamos con frecuencia que lo que realmente hay que hacer es alejarse de las personas envidiosas que están a nuestro alrededor. Sin embargo, esto no es una tarea sencilla ya que en muchas ocasiones la envidia viene, como decíamos arriba, de parte de nuestros propios amigos o incluso familiares y pareja, es decir, de personas con las que compartimos nuestro día a día. Por eso es difícil y lo sabemos, pero debemos intentar en la medida de lo posible mantener la mayor distancia posible con ese sentimiento.

En el caso de que nos resulte muy complicado alejarnos de estas personas tan envidiosas, tendremos que optar por ignorar sus comentarios y actitudes. Normalmente, aunque no siempre pasa, si no entramos a rebatirles ni tampoco entramos en su juego, irán poco a poco disminuyendo sus ataques. Si somos conscientes de su conducta evitaremos caer en ella.

No debes permitir que sus comentarios o actitudes te afecten, ya que el problema no lo tienes tú, sino ella, así que confía en ti y no dejes que nadie te impida hacer lo que quieres hacer. 

Además, resulta interesante hablar con esta persona expresando honestamente lo que sentimos en relación con cómo actúa o habla. Debemos hacerlo de forma cuidadosa teniendo en cuenta sus sentimientos e intentando no herirla. No tenemos que vengarnos ya que, de hecho, en la mayoría de las ocasiones, la persona que nos tiene envidia no es consciente del comportamiento que tiene ni de cómo esto nos repercute.

Y, siempre que sea posible, reduce las interacciones negativas con esa persona. Rodéate de personas que te apoyan e intenta coincidir lo menos posible con ella. Si puedes, cambia tu rutina para no cruzarte con ella. 

Debemos tener cuidado ya que la envidia tiene muchos aspectos negativos. Cuando esta envidia solo hace enfurecer a quien la siente denigrando a aquellos a quienes admira y convirtiéndolos en sus objetivos (admira, pero de forma negativa) o cuando la envidia causa celos y tristeza por el bien ajeno puede resultar muy negativo tanto para la parte que envidia como para la envidiada. ¿Por qué? Una persona que siente envidia hacia otra adopta unas determinadas actitudes y comportamientos agresivos u ofensivos que pueden dañar a la persona envidiada si esta no reacciona bien o si se deja afectar.

Es fundamental, por tanto, saber reconocer a la persona envidiosa y ser conscientes de que lo que realmente ocurre es que esa persona posee una falta de seguridad tremenda.

Por ello, lo único que debemos hacer al respecto es demostrar la seguridad que poseemos y el valor que sentimos hacia nosotros mismos. Y, si nos afecta o mina nuestra seguridad, consulta a un experto en psicología. 

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