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Clara Campoamor, la lucha por el voto femenino en España

Clara Campoamor, la lucha por el voto femenino en España

A pesar del gran revuelo que causó su iniciativa, incluso de la oposición de los partidos afines a su ideología, Clara Campoamor supo imponer su idea de igualdad de género en la política española, especialmente en el sufragio. El 1 de octubre de 1931, con un discurso que emocionó a todos, consiguió que las mujeres españolas consiguieran votar.

Índice

Primeros años de vida

Nuestra protagonista, nació en Madrid, concretamente en el barrio Maravillas, el 12 de febrero de 1888. Hija de un matrimonio humilde, su padre, Manuel Campoamor, era contable y su madre, María Pilar Rodríguez, costurera. El matrimonio tuvo dos hijos más, de los que únicamente terminó sobreviviendo Ignacio, que ocupó puestos de responsabilidad política durante la Segunda República.

Su vida cambió de sentido cuando falleció su progenitor, con sólo 13 años tuvo que dejar sus estudios para ayudar económicamente a su madre. . Trabajó como modista, dependienta de comercio y telefonista, hasta que en las oposiciones de 1909 consiguió plaza como auxiliar femenina de segunda clase del cuerpo auxiliar de Telégrafos del Ministerio de la Gobernación, con destinos sucesivos en Zaragoza y San Sebastián.

Posteriormente, en 1914 logró la primera posición de su oposición y se convirtió en profesora de taquigrafía y mecanografía en las Escuelas Adultas en Madrid. Con trabajo y esfuerzo pudo ahorrar dinero para finalizar sus estudios de bachillerato. Y, con 36 años se licenció en derecho –hecho anecdótico ya que en esa época no era normal que una mujer consiguiera ese título–. Defendió dos casos muy famosos de divorcio, como el de Concha Espina con Ramón de la Serna y el de Josefina Blanco con Valle-Inclán. En 1925 se convirtió en la segunda mujer en incorporarse al Colegio de Abogados de Madrid, un mes después que Victoria Kent.

A medida que iba avanzando en su trabajo y estudios, se fueron afianzando sus ideas feministas y republicanas, y comenzó a hacerse hueco en la política participando en asociaciones de defensa de la emancipación de la mujer y con ideales de izquierdas.

Carrera política

En 1928, fundó la Federación Internacional de Mujeres de Carreras Jurídicas junto a otras mujeres europeas. La abogada española, Victoria Kent, también formaba parte. Dos años más tarde, también ayudó a crear la Liga Femenina Española por la Paz.

Al inicio de la II República Española, con la modificación de la ley electoral, se reconoció el derecho de la mujer a poder ser elegidas en el Parlamento. Clara Campoamor, Victoria Kent y Margarita Nelken lograron su escaño.

Uno de los temas a discutir en el Parlamento fue el voto femenino. Clara Campoamor, lo defendió a toda costa, a pesar de que sus compañeros, incluso Victoria Kent, estuviesen en contra debido a que pensaban que no era el momento adecuado porque las mujeres estaban influenciadas por las ideas de sus maridos conservadores. Sin embargo, su conmovedor discurso consiguió tener 161 votos a favor y 121 en contra.

En su discurso, mencionó que las mujeres habían luchado para conseguir un puesto en la política, pidió respeto para que las mujeres puedan manifestarse en las decisiones que establezca el gobierno vigente, recordó que la disminución del analfabetismo era más rápida en mujeres que hombres –por lo que no se las puede calificar de ignorantes–, defendió la igualdad de derechos entre ambos sexos porque todos somos ciudadanos y, sobre todo, hizo hincapié en que el poder femenino era un gran paso hacia el progreso.

Fin de su carrera política

Ni ella ni Victoria Kent consiguieron renovar sus escaños en las elecciones de 1933. En 1934, Clara Campoamor abandonó el Partido Radical por su subordinación a la CEDA y los excesos en la represión de la insurrección revolucionaria en Asturias. Después intentó unirse a Izquierda Republicana, pero su admisión fue denegada. Fue entonces cuando escribió y publicó, en mayo de 1936, Mi pecado mortal. El voto femenino y yo, todo un testimonio personal de sus luchas parlamentarias.

Al estallar la Guerra Civil se exilió en Ginebra. Vivió una década en Buenos Aires donde se ganó la vida traduciendo, dando conferencias y escribiendo biografías. Intentó regresar a España a finales de la década de 1940, pero desistió al conocer la noticia de que estaba procesada por su pertenencia a una logia masónica. En 1955, se instaló en Lausana (Suiza) donde trabajó en un bufete de abogados hasta que perdió la vista.

Finalmente, Clara Campoamor falleció el 30 de abril de 1972 en Lausana en el exilio, debido a la dictadura franquista. No hay que olvidar, que fue una mujer ejemplar que luchó a favor de sus ideales hasta su muerte y que gracias a ella las mujeres españolas pudieron empezar a decidir y participar en la vida política a través del voto. Además, situó a España en progreso respecto a Francia, que aprobó el voto femenino en 1944.

Fuente:

Fagoaga, Concha; Saavedra, Paloma (2006). Clara Campoamor: la sufragista española. Instituto de la Mujer. ISBN 9788468992129.

Redacción: Esperanza Pavón

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