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Aprende a leer la mente de los demás mirándolos a los ojos

Aprende a leer la mente de los demás mirándolos a los ojos

Los ojos y la mirada desempeñan un papel destacado en nuestros encuentros sociales; de hecho, se dice metafóricamente que son “la ventana de nuestra alma”. Ahora hay evidencias que respaldan la idea de que mucha información sobre la mente de otra persona puede obtenerse a través de sus ojos.

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Una nueva prueba de concepto, la prueba Reading the Mind in The Eyes Test (RMET) o Test de Cambridge, desarrollada por Simon Baron-Cohen y su grupo en la Universidad de Cambridge (Reino Unido), ha documentado nuestra capacidad de identificar estados internos a través de los ojos y la región que rodea el ojo. Muchos podrían pensar que el alcance de la información que los ojos comunican sobre la mente podría ser algo limitado, sin embargo, la evidencia de esta prueba contradice la visión histórica de los filósofos escépticos con la idea de que se puede observar directamente el “contenido” de la mente.

Los ojos humanos forman un puente entre uno mismo y el otro al proporcionar acceso directo al estado interno de otra persona.

Solo para humanos

El fenómeno es exclusivo de los humanos. De hecho, después de la comparación con casi la mitad de todas las especies de primates, se ha demostrado que el ojo humano es morfológica y receptivamente único.

Los seres humanos no solo muestran la mayor elongación horizontal del contorno del ojo y la mayor cantidad de tejido expuesto (llamado esclerótica) alrededor del globo ocular, sino que también son la única especie con esclerótica de color blanca. En comparación con nuestros parientes primates vivos más cercanos, los chimpancés, los seres humanos nos enfocamos más firmemente en la región del ojo al escanear rostros. A los 14 meses de edad, la mirada humana sigue los ojos casi exclusivamente mientras que otros grandes simios dependen más de la dirección de la cabeza.

La sensibilidad a los ojos emerge temprano en el desarrollo humano. Desde el nacimiento, los bebés recién nacidos muestran preferencia por las caras, a pesar de su baja agudeza visual. Los bebés humanos prefieren mirar las caras que tienen los ojos abiertos en comparación con los ojos cerrados.

Además, los recién nacidos exhiben una preferencia por las caras solo con ojos que aparecen naturalmente, incluidos el iris negro y la esclerótica blanca, frente a las caras de control con iris blanco y esclerótica negra. Y los bebés parecen obtener información emocional sobre otras mentes mirando a los ojos, usando regiones cerebrales que, en adultos, están involucradas en la comprensión del estado mental de otra persona. Sorprendentemente, a los siete meses de edad, los bebés detectan señales emocionales y distinguen entre la mirada directa y la indirecta únicamente sobre la base de los ojos blancos.

La oxitocina

La neurohormona oxitocina modula nuestra respuesta a las señales oculares. Cuando la hormona se administró a través de la nariz durante los estudios, los sujetos que miraban los rostros mostraron una mayor fijación en los ojos. La oxitocina también mejoró significativamente el reconocimiento de los estados emocionales y mentales a partir de las señales oculares.

La reducción de la sensibilidad a los ojos y las señales oculares se ha descrito como uno de los primeros signos de advertencia identificables en el desarrollo del trastorno del espectro autista (TEA). Estudios recientes muestran que, en el autismo, la orientación a los ojos está inicialmente presente en los bebés pequeños, pero luego disminuye entre los dos y los seis meses de edad.

Las diferencias características en las respuestas cerebrales a las señales de la mirada fija registradas de los 6 a los 10 meses predicen el autismo diagnosticado, normalmente, a los 36 meses. Además, los niños mayores con autismo muestran respuestas cerebrales mejoradas a las señales oculares después de la administración de oxitocina intranasal.

La conexión entre la oxitocina y la lectura mental va más allá: la investigación muestra que las variaciones genéticas que afectan a la liberación de oxitocina y la experiencia de la lactancia afectan a la respuesta emocional de los bebés a los siete meses de edad.

Con todo, la capacidad de leer otras mentes se desarrolla temprano en la infancia y está profundamente influida por las señales de los ojos. El fenómeno no requiere una comprensión explícita y conceptual de otras mentes, sino que se basa en la experiencia directa de los estados emocionales y mentales de los demás.

Por supuesto, los humanos leen a los demás a través de una variedad de modos: el sentido del tacto, por ejemplo, o las pistas vocales. Pero las señales oculares siempre han sido invaluables durante las interacciones de corto alcance que carecen de contacto físico. Al comienzo de nuestra evolución, las señales oculares eran vitales para la caza cooperativa y la búsqueda de alimento, algo realmente esencial para grupos que tenían que evitar a los depredadores y atrapar a sus presas.

En la actualidad, tales señales nos ayudan a negociar, tanto en el trabajo como en el terreno personal. La comunicación a través de los ojos es una ayuda para la cooperación, nos ayuda a identificar y coordinar con los mejores socios posibles al obtener acceso a sus mentes. Los ojos como ventanas a otras mentes se pueden considerar una característica distintiva del funcionamiento social humano con profundas raíces biológicas.

Fuente:

Tobias Grossmann, profesor asociado de psicología en la Universidad de Virginia.

Redacción: Irene García

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