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6 razones por las que es bueno ser amable con los demás

6 razones por las que es bueno ser amable con los demás

La amabilidad es uno de los valores más importantes en nuestra sociedad ya que permite la convivencia pacífica y relajada. Es una cualidad sencilla pero muy importante que, cada vez más, parece infravalorada y apenas si hacemos hincapié en ella, cuando el ser amables no solo es bueno para la sociedad, sino que nos hace más felices y es bueno para nuestra salud.

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Cuando vemos en la televisión o en directo una acción amable, todos sonreímos y sentimos algo cálido en nuestro interior al ver un comportamiento que debería ser el ordinario, pero que muchas veces, lamentablemente, no se produce.

Al caminar por la calle, da la sensación de que el civismo y la amabilidad, acciones tan sencillas como dar las gracias o ayudar a alguien, se están perdiendo. Y es una verdadera lástima porque la amabilidad debería de ser uno de los valores primordiales en nuestra vida y una norma por la que regirnos porque no solo hace que la convivencia fluya, sino que nos hace más felices y mejora nuestra salud:

1- Disminuye el envejecimiento

Cuando hacemos cosas buenas por los demás, la hormona química que segregamos y nos hace sentir bien es la oxitocina, la misma que ayuda a los bebés a forjar su vínculo con sus padres. La oxitocina también reduce los radicales libres, que son uno de los principales culpables del envejecimiento ya que dañan las células en un proceso llamado estrés oxidativo. Cuanto más a menudo se libera oxitocina, más radicales libres son absorbidos y se produce menos daño a las células (envejecimiento).

2- Reduce la inflamación

La inflamación crónica está relacionada con una mayor incidencia de diabetes, enfermedades cardíacas y cáncer. En un estudio de 2013 realizado por el New York Times, se preguntó a 80 personas sobre sus vidas y se analizaron sus glóbulos blancos. Los resultados confirmaron que los voluntarios cuya felicidad, de acuerdo con sus cuestionarios, era principalmente hedónica, es decir, basada en consumir y disfrutar del placer propio, tenían perfiles sorprendentemente poco saludables, con niveles relativamente altos de marcadores biológicos conocidos por promover una mayor inflamación en todo el cuerpo. También tenían niveles relativamente bajos de otros marcadores que aumentan la producción de anticuerpos, fundamentales para combatir mejor las infecciones.

Mientras que aquellos cuya felicidad era más eudemonica o basada en un sentido de mayor propósito y servicio a los demás, tenían perfiles que mostraban niveles aumentados de expresión génica productora de anticuerpos y niveles más bajos de la expresión proinflamatoria. Es decir, estaban más sanos.

3- Reduce el dolor

Hacer el bien a los demás también libera endorfinas, junto con la oxitocina. Las endorfinas son los analgésicos naturales de nuestro cuerpo, por lo que, cuando liberamos endorfinas, sentimos menos dolor, tanto físico como emocional.

Curiosamente, en un estudio de 2016, los investigadores descubrieron que tomar paracetamol lleva a una disminución no solo en el dolor físico, sino en la empatía y la compasión, lo que vincula aún más la conexión entre el dolor y el cuidado de los demás.

4- Reduce el estrés y la ansiedad

Las personas que regularmente hacen cosas buenas (como trabajo voluntario, cuidado de los demás, trabajar con animales o simplemente invitar a alguien a un café) tienen casi una cuarta parte de la cantidad de cortisol (también conocido como la "hormona del estrés") circulando en sus sistemas que las personas que no lo hacen.

Un estudio de 2015 de la Universidad de Columbia Británica descubrió que la ansiedad también disminuía al hacer el bien. La profesora de psicología clínica Dra. Lynn Alden y su equipo reclutaron a 115 estudiantes de pregrado con gran ansiedad y los asignaron a tres grupos. A un grupo se le pidió salir a ayudar y hacer cosas amables de forma regular, a otro se le dijo que saliera pero no hiciera nada, y el tercero debía grabar sus días sin instrucciones de ningún tipo. La ansiedad disminuyó más en el primer grupo.

"Descubrimos que cualquier tipo de acto parecía tener el mismo beneficio, incluso pequeños gestos como abrir la puerta a alguien o decir 'gracias' al conductor del autobús. La amabilidad no necesitaba involucrar dinero o esfuerzos que requerían mucho tiempo, aunque algunos de nuestros participantes sí hicieron tales cosas. La bondad ni siquiera tenía que ser "cara a cara". Por ejemplo, actos amables podían incluir donar a una organización benéfica o poner dinero en el parquímetro de alguien si veíamos que se acababa su tiempo. Otros estudios realizados por otros investigadores sugieren que es importante que el acto amable se realice por sí mismo y no por sentirse coaccionado o para beneficio personal. Aparte de eso, todo vale", dijo Alden sobre los resultados de su estudio.

5- Mejora las relaciones personales

Las personas con relaciones personales fuertes con familiares y amigos tienden a ser más saludables que las personas que están más emocionalmente distantes.

La amabilidad reduce la distancia emocional entre dos personas, por lo que nos sentimos más propensos a ayudar. Es algo tan fuerte en nosotros que en realidad es algo genético. Estamos conectados por la amabilidad.

Así, nuestros antepasados tuvieron que aprender a cooperar el uno con el otro. Cuanto más fuertes eran los vínculos emocionales dentro de los grupos, mayores eran las posibilidades de supervivencia, por lo que los "genes de bondad" quedaron grabados en el genoma humano.

6- Las buenas obras engendran buenas obras y los beneficios se acumulan

Expresar bondad y generosidad no solo nos da beneficios a corto plazo, sino que tiene efectos continuos y magnificadores. Las emociones positivas, las conexiones sociales positivas y la salud física se influyen mutuamente en una dinámica autosustentable de espiral ascendente.

Esto hace que involucrarse en un gesto amable nos haga más felices, y cuanto más felices somos, más posibilidades hay de que llevemos a cabo otro acto amable o de que impulsemos a otra persona a realizarlo. ¿Recuerdas la película “Cadena de favores”? Pues eso mismo.

Así que la próxima vez que te sientas mal, intenta hacer algo por otra persona. Eso hará que te sientas mejor y, además, mejore tu salud.

Fuente:

Universidad de Columbia Británica

Redacción: Irene García

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